El telescopio James Webb ha logrado un nuevo hito en la astronomía al detectar un grupo de «flujos de salida protostelares». Estos eyectores son chorros de gas a alta velocidad provenientes de estrellas recién nacidas, que los científicos no habían observado hasta ahora. Una característica peculiar de estos flujos es que todos apuntaban en la misma dirección, como «aguanieve cayendo durante una tormenta».
Webb detectó el fenómeno en la Nebulosa de Serpens, una vasta nube cósmica de gas que alberga un grupo «particularmente denso» de protoestrellas en formación. La ESA señala que el descubrimiento fue posible gracias a la resolución espacial y la sensibilidad del JWST en longitudes de onda del infrarrojo cercano. Los datos proporcionarán a los científicos nuevos conocimientos sobre las leyes fundamentales que rigen la creación y el crecimiento de las estrellas.
Con alrededor de uno a dos millones de años, la Nebulosa de Serpens es muy joven en términos cósmicos. Sus protoestrellas son aún más jóvenes, con unos 100,000 años, y los flujos de salida recientemente descubiertos tienen entre 200 y 1,400 años. Los científicos pudieron detectar al menos 20 estrellas recién nacidas emitiendo flujos de salida protostelares en las imágenes del JWST. Los chorros de gas alineados provenían de un grupo de 12 estrellas, visibles en la esquina superior izquierda de la imagen.
Los flujos de salida protostelares alineados son raros y nunca se habían observado antes, por lo que se sabe poco sobre ellos. Los científicos teorizan que las 12 estrellas se formaron aproximadamente al mismo tiempo a lo largo del mismo filamento de gas. Es probable que un campo magnético poderoso esté dirigiendo este filamento y pueda orientar los flujos de salida protostelares en la misma dirección. Los astrónomos esperan que esta interacción cósmica compleja y majestuosa disminuya con el tiempo a medida que las estrellas recién nacidas comiencen a interactuar con otros objetos a su alrededor. Los chorros de gas probablemente se desvanecerán o se realinearán en unos pocos miles de años.
Estos flujos de salida protostelares en la Nebulosa de Serpens son un fenómeno único y limitado en el tiempo, lo que explica por qué los científicos no pudieron detectar este fenómeno transitorio antes de Webb. El próximo paso de los investigadores es realizar nuevas observaciones del vivero estelar de la Nebulosa de Serpens con el espectrógrafo de infrarrojo cercano (NIRSpec) del JWST. Este instrumento les permitirá analizar la composición química de la región.