El pasado sábado, un satélite franco-chino despegó en busca de las explosiones más potentes del universo, marcando un notable ejemplo de colaboración entre una potencia occidental y el gigante asiático.
Desarrollado por ingenieros de ambos países, el Space Variable Objects Monitor (SVOM) lleva a bordo cuatro instrumentos — dos franceses y dos chinos — que buscarán estallidos de rayos gamma. La luz de estos fenómenos ha viajado miles de millones de años luz para llegar a la Tierra.
El satélite de 930 kilogramos despegó exitosamente alrededor de las 15:00 horas (0700 GMT) a bordo de un cohete chino Long March 2-C desde una base espacial en Xichang, en la provincia suroccidental de Sichuan, según informó la Administración Nacional del Espacio de China.
Los estallidos de rayos gamma generalmente ocurren tras la explosión de estrellas masivas — aquellas con más de 20 veces el tamaño del sol — o la fusión de estrellas compactas. Estos intensos haces de luz pueden liberar una cantidad de energía equivalente a más de mil millones de soles.
Observar estos estallidos es como «mirar hacia atrás en el tiempo, ya que la luz de estos objetos tarda mucho en alcanzarnos», explicó Ore Gottlieb, astrofísico del Centro de Astrofísica del Instituto Flatiron en Nueva York.
Los rayos gamma llevan consigo trazas de las nubes de gas y galaxias que atraviesan en su viaje por el espacio, proporcionando datos valiosos para comprender mejor la historia y evolución del universo.
«SVOM tiene el potencial de desentrañar varios misterios en el campo de los estallidos de rayos gamma, incluyendo la detección de los más distantes en el universo, que corresponden a los más tempranos», añadió Gottlieb.
Los estallidos más lejanos identificados hasta la fecha se produjeron apenas 630 millones de años después del Big Bang, cuando el universo estaba en su infancia.
El proyecto es fruto de una asociación entre las agencias espaciales de Francia y China, así como de otros grupos científicos y técnicos de ambas naciones.
«Es un gran éxito. Hemos logrado trabajar bien con nuestros colegas chinos», afirmó Philippe Baptiste, CEO de la agencia espacial francesa CNES, tras el lanzamiento.
La cooperación espacial de este nivel entre Occidente y China es poco común, especialmente desde que Estados Unidos prohibió toda colaboración entre la NASA y Pekín en 2011.
Sin embargo, en 2018, China y Francia lanzaron conjuntamente el CFOSAT, un satélite oceanográfico utilizado principalmente en meteorología marina. Varios países europeos también han participado en el programa de exploración lunar Chang’e de China.
Una vez en órbita a 625 kilómetros sobre la Tierra, el satélite enviará sus datos a los observatorios. El principal desafío es que los estallidos de rayos gamma son extremadamente breves, lo que obliga a los científicos a actuar rápidamente para recopilar información.
Cuando SVOM detecte un estallido, enviará una alerta a un equipo de guardia las 24 horas. En menos de cinco minutos, deberán activar una red de telescopios en tierra que se alinearán con precisión en el eje de la fuente del estallido para realizar observaciones más detalladas.