Edimburgo, Escocia, está siendo el escenario de pruebas para un nuevo tipo de equipo destinado a suministrar energía sostenible a hogares y oficinas. Esta innovadora tecnología ha sido desarrollada por SeaWarm, una empresa derivada de la Universidad de Edimburgo, que aprovecha el poder de fuentes de agua como mares, ríos, estanques e incluso agua de minas para proporcionar calefacción y refrigeración eficiente a viviendas y negocios.
Conocido como Bomba de Calor de Fuente de Agua (WSHP, por sus siglas en inglés), este sistema utiliza la energía térmica almacenada en estos cuerpos de agua. La WSHP incluye un intercambiador de calor, como la tecnología HotTwist de SeaWarm, diseñada para extraer calor del agua. Este intercambiador recoge la energía térmica y la transfiere a la bomba de calor, donde se comprime a una temperatura más alta adecuada para la calefacción.
Actualmente, la Universidad de Edimburgo está probando esta bomba de calor en varios proyectos, incluyendo viviendas asequibles cerca del estuario del Forth, un museo de minería de oro en el suroeste de Escocia y un invernadero comercial en Fife. También se planea instalar otro sistema en el Scottish Seabird Centre en North Berwick este verano, utilizando energía del Firth of Forth.
Esta tecnología representa un avance significativo en el aprovechamiento del calor natural presente en el entorno para calentar edificios, utilizando métodos similares a las bombas de calor de aire y suelo. Según SeaWarm, su intercambiador de calor se acopla a una bomba de calor de fuente terrestre estándar, pero recoge el calor de los cuerpos de agua en lugar del suelo.
El agua puede almacenar aproximadamente el doble de energía térmica que el suelo en un volumen dado y unas 3400 veces más energía térmica que el aire, ofreciendo una eficiencia única sobre las bombas de calor tradicionales. Un componente clave del sistema SeaWarm es el glicol, un líquido usado como agente anticongelante, que circula a través de tuberías en el intercambiador de calor para absorber la energía térmica del agua. Este glicol calentado se comprime en la bomba de calor, elevando su temperatura lo suficiente para calentar agua para diversos usos.
El equipo de científicos de la Universidad de Edimburgo, liderado por el profesor Chris McDermott de la escuela de geociencias, ha diseñado sistemas como SeaWarm y RiverWarm que también pueden aprovechar la energía de agua congelada. Aunque este sistema será más caro de comprar e instalar que una bomba de calor de fuente de aire, será más económico que una bomba de calor de fuente terrestre en su versión final.
Gus Fraser-Harris, hidrogeólogo y uno de los diseñadores, destacó que el sistema HotTwist puede proporcionar entre un 350% y un 400% más de calor del que necesita para operar, comparable a las bombas de calor de aire más eficientes.