Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, dirigido por la profesora Tamar Makin del Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Unidad de Cognición y Ciencias del Cerebro, en colaboración con Dani Clode, ha desarrollado el «Third Thumb» o «Tercer Pulgar».
Se trata de un pulgar robótico adicional diseñado para aumentar el rango de movimiento del usuario. Según los científicos, este dispositivo mejora la capacidad de agarre y la capacidad de carga de la mano. La tecnología vestible permite a los consumidores realizar tareas que de otro modo serían difíciles o imposibles de manejar.
Este dispositivo ofrece beneficios significativos para las personas con discapacidades, permitiéndoles realizar tareas complejas con una sola mano sin necesidad de asistencia adicional. La profesora Tamar Makin destacó que la tecnología está redefiniendo lo que significa ser humano, integrándose cada vez más en la vida cotidiana y en el propio cuerpo y mente de las personas.
Makin enfatizó la importancia de considerar cómo estas tecnologías pueden ayudar a todas las personas por igual, especialmente a las comunidades marginadas que a menudo son excluidas de la investigación y el desarrollo. Para asegurar que todos puedan participar y beneficiarse de estos avances, es fundamental integrar y medir la inclusividad desde las primeras etapas del proceso de investigación y desarrollo.
El Third Thumb se coloca en el lado opuesto de la palma, frente al pulgar biológico. Se controla mediante un sensor de presión ubicado debajo de cada dedo gordo del pie. La presión del dedo gordo derecho mueve el pulgar robótico a través de la mano, mientras que la presión del dedo gordo izquierdo lo mueve hacia los dedos. Al aplicar presión con los dedos del pie, los usuarios pueden mover el pulgar robótico a lo largo de la mano o hacia los dedos.
En 2022, durante la Exposición de Ciencia de Verano de la Royal Society, se llevó a cabo un estudio con 596 participantes de diversas edades y antecedentes. Los participantes recibieron el dispositivo y tuvieron un minuto para familiarizarse con él antes de realizar tareas como la manipulación de objetos. La mayoría de los participantes pudo usar el dispositivo con éxito en el primer minuto.
Las tareas incluían recoger clavijas de un tablero y colocarlas en una cesta en 60 segundos, y manipular diversos objetos de espuma, requiriendo diferentes habilidades de destreza. El estudio demostró que el 98% de los participantes pudo manipular objetos con el Third Thumb en el primer minuto, con solo 13 personas incapaces de completar la tarea.
Dani Clode destacó que la motorización aumentada consiste en diseñar una nueva relación con la tecnología, creando algo que vaya más allá de ser una herramienta, convirtiéndose en una extensión del cuerpo. La inclusividad en el diseño de la tecnología vestible es crucial, así como su accesibilidad y funcionalidad para una amplia gama de usuarios.
Lucy Dowdall, coautora del estudio, añadió que para que la interacción humano-máquina tenga éxito, es necesario que estas tecnologías se integren perfectamente con las habilidades motoras y cognitivas del usuario, considerando factores como la edad, el género, el peso, el estilo de vida, las discapacidades, y las preferencias tecnológicas.