La planta «Mammoth», ubicada en Hellisheiði, Islandia, se ha convertido en la instalación industrial más grande construida hasta la fecha para la captura de dióxido de carbono directamente del aire. Operada por la compañía suiza Climeworks, la planta ya cuenta con clientes de renombre como JPMorgan Chase, Microsoft, Stripe y Shopify, entre otros.
Esta instalación representa el más reciente esfuerzo en el ámbito de la captura directa de aire (DAC, por sus siglas en inglés), un proceso destinado a combatir el cambio climático mediante la eliminación de emisiones de gases de efecto invernadero acumuladas en la atmósfera. Aunque prometedora, la tecnología DAC aún debe demostrar su capacidad para escalar a un nivel que impacte significativamente en el medio ambiente.
«Mammoth» no solo es la planta DAC más grande en operación actualmente, sino que también simboliza un avance significativo desde los inicios de Climeworks en 2017, cuando se convirtió en la primera empresa en comercializar el CO2 capturado para su uso en bebidas carbonatadas y en invernaderos. La planta Orca, inaugurada por Climeworks en Islandia en 2021, fue hasta ahora la más grande, capaz de capturar y almacenar CO2 de manera permanente bajo tierra para clientes como Microsoft.
A pesar de que «Mammoth» podrá capturar cerca de 36,000 toneladas de dióxido de carbono al año, lo cual casi multiplica por diez la capacidad de Orca, esto sigue siendo una fracción pequeña comparado con las emisiones anuales de empresas como Microsoft, que solo en 2022 emitió cerca de 13 millones de toneladas métricas de CO2.
El apoyo político en Estados Unidos hacia la tecnología DAC es considerable, destacándose la asignación de 3.5 mil millones de dólares del Bipartisan Infrastructure Law para desarrollar al menos cuatro centros de DAC en el país. Dos grandes proyectos ya han sido seleccionados para recibir hasta 1.2 mil millones de dólares en financiamiento, incluyendo una iniciativa en Calcasieu Parish, Louisiana, que utiliza la tecnología de Climeworks.
Las instalaciones de DAC de Climeworks en Islandia utilizan «contenedores colectores» modulares con ventiladores que aspiran aire y lo hacen pasar por un filtro especial que absorbe el CO2. Una vez saturado el filtro, se calienta hasta unos 100 grados Celsius para liberar el dióxido de carbono, que luego se mezcla con agua y se inyecta en formaciones rocosas de basalto para su mineralización permanente.