Robot bípedo desarrollado por investigadores japoneses impulsado por tejido muscular vivo

El robot, desarrollado por un equipo de la Universidad de Tokio, utiliza células musculares cultivadas en placas de Petri que son estimuladas eléctricamente para producir movimiento. Esta técnica, inspirada en la biología y la fisiología, permite que el robot imite de manera más natural los movimientos humanos, a diferencia de los robots convencionales. Además, el uso de tejido muscular vivo podría tener aplicaciones futuras en la creación de robots más flexibles, adaptables y resistentes. Este avance destaca la importancia de la interdisciplinariedad en la investigación científica, fusionando la biología con la ingeniería para lograr resultados innovadores y prometedores en el campo de la robótica.

En un emocionante avance dentro del campo de la robótica, investigadores de la Universidad de Tokio en Japón han presentado un robot bípedo alimentado por tejido muscular. Este desarrollo no solo marca un hito en la creación de robots capaces de imitar acciones humanas, sino que también abre una nueva dimensión en la integración de componentes biológicos en sistemas robóticos. Este robot no solo puede caminar sobre sus dos piernas sino que también es capaz de pivotar para evitar obstáculos, lo que demuestra una notable versatilidad y adaptabilidad.

La complejidad y eficacia del cuerpo humano han sido desde siempre una fuente de inspiración para ingenieros y diseñadores de robots bípedos. El deseo de replicar nuestras capacidades de correr rápidamente o caminar sobre una cuerda floja ha llevado al desarrollo de robots con habilidades cada vez más cercanas a las humanas, gracias a los avances en electrónica. Sin embargo, la incorporación de componentes biológicos en robots, conocidos como robots biohíbridos, promete una aproximación mucho más natural y eficiente para realizar actividades humanas, como el movimiento de gatear o nadar.

El equipo liderado por Shoji Takeuchi ha llevado a cabo un diseño innovador que permite movimientos finos y precisos, emulando el andar humano. La estructura del robot cuenta con una parte superior de espuma para flotabilidad en agua y piernas ponderadas para mantenerse erguido. Su esqueleto, fabricado en silicona flexible, junto con el tejido muscular esquelético cultivado en laboratorio adherido a cada pierna, resulta en un diseño biohíbrido que supera las limitaciones de los actuadores convencionales usados en robots anteriores.

Aunque el ritmo de movimiento del robot sigue siendo lento, con una velocidad de solo 5.4 milímetros por minuto, la capacidad de realizar giros precisos de 90 grados representa un avance significativo. Los investigadores lograron este movimiento mediante la aplicación de corrientes eléctricas alternas a las piernas, demostrando la viabilidad del tejido muscular como actuador. Este enfoque no solo permite caminar y girar, sino que también anticipa mejoras en velocidad y complejidad de movimientos mediante la integración de articulaciones y tejidos musculares más gruesos.

El futuro del proyecto incluye la incorporación de un sistema de suministro de nutrientes para mantener y operar los tejidos biológicos en el aire, lo que permitiría una mayor autonomía y funcionalidad del robot en diversos entornos.

Este innovador robot bípedo biohíbrido de la Universidad de Tokio no solo representa un paso adelante en la robótica, sino que también plantea preguntas fascinantes sobre el futuro de la integración entre la biología y la tecnología. A medida que este campo continúa evolucionando, podríamos ver robots capaces de realizar tareas complejas con una eficiencia y flexibilidad que rivalizan con las del cuerpo humano.

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