Twitch actualiza su política contra el discurso de odio para incluir el uso despectivo del término “sionista”

Twitch actualiza su política contra el discurso de odio para incluir el uso despectivo del término “sionista”

Twitch, la popular plataforma de streaming, ha anunciado nuevas actualizaciones en su política contra el discurso de odio, conocidas como "Hateful Conduct Policy". Este conjunto de normativas está diseñado para proteger a los usuarios frente a ataques basados en características protegidas, como la raza, nacionalidad, religión o identidad sexual.
Un título que dice: "Understanding The Debate on Facial Recognition Technology in Policing: Pros, Cons, and Privacy Concerns" (Entendiendo el debate sobre la tecnología de reconocimiento facial en la policía: pros, contras y preocupaciones sobre la privacidad). En el centro de la imagen, se destaca una insignia dorada de un departamento de policía. A la izquierda, se observa una cámara de vigilancia. A la derecha, hay una representación digital de un rostro con líneas geométricas que simulan el escaneo facial, junto con elementos de gráficos tecnológicos. En la parte inferior derecha, aparece el nombre del autor: "By: Abigail Gaetz". El fondo es de tonos azules, con un diseño que evoca tecnología y seguridad.

Comprendiendo el debate sobre la tecnología de reconocimiento facial en la policía

El reconocimiento facial se ha convertido en una herramienta clave para la identificación de personas, equiparándose a las huellas dactilares en cuanto a su capacidad para vincular a un individuo con un crimen. La tecnología se utiliza para identificar sospechosos, vigilar multitudes y reforzar la seguridad pública, aunque su adopción no es uniforme en todo el territorio.

Herramienta de detección facial detecta accidentes cerebrovasculares en segundos

Los ictus, que afectan a millones de personas en todo el mundo, ocurren cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, impidiendo que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes. Unos minutos de retraso pueden resultar en daños permanentes a las células cerebrales.