Una nueva etapa en la exploración lunar se está desarrollando mientras la NASA envía un satélite para mapear dónde se encuentra el agua en la Luna. NASA ha lanzado un satélite del tamaño de un lavavajillas desde Florida para buscar bolsas de agua en la superficie lunar. Los científicos sospechan que el agua se encontrará en los cráteres permanentemente sombreados en los polos de la Luna.
El orbiter Lunar Trailblazer de NASA fue transportado por un cohete Falcon 9 de SpaceX, que despegó del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral. El satélite Lunar Trailblazer fue construido por la compañía de defensa aeroespacial Lockheed Martin. Tradicionalmente, la superficie lunar es percibida como árida, pero se ha encontrado agua allí, incluso en ubicaciones iluminadas por el sol.
Se ha sospechado durante mucho tiempo que el agua existía en los lugares fríos y permanentemente sombreados de los polos lunares, así como cantidades significativas de hielo de agua. Los científicos han estado buscando la presencia de agua en la Luna desde la década de 1960, cuando el físico teórico Kenneth Watson publicó un artículo en 1961 describiendo cómo podría existir agua en la Luna. Sin embargo, no fue hasta después del milenio que surgieron pruebas sólidas de la existencia de agua.
Los investigadores estudiaron la Luna y sus escombros lunares mientras analizaban minerales hidratados en forma de moléculas de oxígeno e hidrógeno en áreas iluminadas por el sol de la Luna. La confirmación de la existencia de agua en la Luna no ocurrió hasta 2018.
Manteniendo el ojo en el agua
El Lunar Trailblazer ha sido enviado para encontrar y mapear agua en la superficie lunar. Determinará dónde se encuentra el agua, en qué forma se encuentra, cuánto hay y cómo cambia con el tiempo. Se espera que produzca los mejores mapas de agua en la superficie lunar que el mundo haya visto.
Cuando sus paneles solares estén completamente desplegados, el satélite pesará aproximadamente 200 kg y medirá alrededor de 3.5 m de ancho. El agua lunar es crucial para la futura exploración lunar, incluyendo la construcción de bases lunares a largo plazo con personal de astronautas. Puede ser procesada como suministro de agua potable y como oxígeno respirable y combustible de hidrógeno para cohetes.