Brian Sewell, quien falleció en 2015 a los 84 años, fue descrito como «el crítico de arte más famoso y controvertido de Gran Bretaña». Conocido por sus críticas mordaces y comentarios incisivos, Sewell escribió durante años para el Evening Standard de Londres, donde no tenía reparos en provocar polémica con su columna semanal. Sin embargo, en un giro que seguramente Sewell habría detestado, el periódico ha decidido «resucitar» su firma. A partir de ahora, se publicarán nuevos artículos bajo su nombre, aunque escritos por un programa de inteligencia artificial en lugar de un ser humano.
Esta noticia, reportada por Deadline, indica que «AI Sewell» ya tiene asignada su primera tarea: revisar la nueva exposición de Vincent van Gogh en la Galería Nacional, titulada Van Gogh: Poets and Lovers. Las decisiones sobre este proyecto habrían sido tomadas en las más altas esferas del periódico, en consulta con Lord Lebedev, propietario del Standard.
El motivo detrás de esta iniciativa es incierto, pero las explicaciones plausibles no son muy alentadoras. Algunos sugieren que podría tratarse de una estrategia para generar controversia y atraer el interés del público, especialmente considerando que el Evening Standard ha pasado por dificultades en los últimos años. Recientemente, el periódico redujo su frecuencia de publicación de diaria a semanal y ha despedido a varios periodistas humanos, lo que hace pensar en un posible intento de atraer lectores con un truco publicitario.
Otra teoría es que los editores del periódico realmente creen que el público encontrará interesante lo que un chatbot inspirado en un crítico fallecido puede opinar sobre exposiciones de arte. No obstante, aún no está claro cómo se desarrollará esta versión de Sewell: si será creada por un equipo interno del periódico o si colaborarán con una empresa especializada en inteligencia artificial para darle vida.
Lo que sí es evidente es que, a día de hoy, la inteligencia artificial no tiene la capacidad de apreciar el arte ni de evaluarlo de manera significativa. La idea de que un algoritmo pueda experimentar una obra y transmitir su valor a los lectores resulta casi ridícula.
En definitiva, muchos medios de comunicación que se asocian con empresas tecnológicas están cometiendo un grave error. Tras décadas de pérdidas económicas a causa del auge tecnológico que ha absorbido gran parte de los ingresos publicitarios que antes financiaban al periodismo, la solución no debería ser aliarse con la misma industria que ha contribuido a su declive. En lugar de buscar colaboraciones con el sector tecnológico, los periódicos deberían centrarse en informar sobre la industria de la inteligencia artificial y sus implicaciones, no en formar parte de ella.