El dispositivo Pyri, un detector de incendios forestales con forma de piña de pino, ha sido galardonado con el prestigioso Premio James Dyson en el Reino Unido. Esta creación, fabricada con materiales naturales como cera y carbón, destaca por su diseño inspirado en los procesos biológicos de la naturaleza, lo que lo convierte en una herramienta prometedora para la detección temprana de incendios, especialmente en zonas remotas.
El diseño de Pyri se basa en la piña de los pinos, que en zonas propensas a incendios libera sus semillas cuando detecta calor. Siguiendo esta misma lógica, Pyri se activa cuando se produce un incendio. El calor derrite su cubierta de cera, liberando una solución salina rica en electrolitos que activa los componentes electrónicos internos del dispositivo. Esta reacción permite que Pyri envíe una señal de radiofrecuencia a las comunidades cercanas, alertándolas del peligro.
A diferencia de los métodos tradicionales de detección de incendios, que dependen de sensores, cámaras o satélites, Pyri no necesita de tecnologías complejas ni costosas. Este enfoque ecológico y de bajo coste lo convierte en una alternativa viable para áreas de difícil acceso o con recursos limitados.
La idea de Pyri surgió de un equipo de cuatro estudiantes del Royal College of Art y el Imperial College London. Uno de los miembros, Richard Alexandre, se inspiró para desarrollar esta solución tras presenciar la devastación causada por los incendios en los humedales del Pantanal de Brasil en 2020. Según Alexandre, “no existen ideas o conceptos similares en el mercado”. La simplicidad de Pyri, su bajo coste y su capacidad para desplegarse rápidamente, incluso por helicóptero, lo posicionan como una solución eficaz frente a los métodos tradicionales que pueden ser ineficientes o demasiado costosos.
Uno de los aspectos más innovadores de Pyri es su uso de materiales abundantes y no tóxicos. La cera actúa como un disparador natural en lugar de un sensor convencional, mientras que el carbón funciona como conductor eléctrico. Estos materiales fueron seleccionados por su bajo impacto ambiental en comparación con los plásticos y metales tóxicos que se usan en otros dispositivos electrónicos. En caso de que Pyri no se active, puede permanecer en el entorno sin causar daño, ya que sus componentes son totalmente biodegradables y seguros para el medio ambiente.
Cuando el fuego derrite la cera, el sistema electrónico interno se activa, emitiendo una señal a través de una antena de carbón. Esta señal puede ser captada por torres de comunicación situadas a kilómetros de distancia, garantizando así una amplia cobertura en áreas forestales.
Aunque los materiales clave de Pyri ya están definidos, el equipo aún trabaja en la integración completa de todos sus componentes. Cada parte ha sido probada individualmente, pero el siguiente paso es crear un prototipo totalmente funcional y probarlo en escenarios controlados de incendio para asegurar su efectividad.
El Premio James Dyson les ha otorgado £5,000, lo que permitirá a los creadores de Pyri avanzar en su investigación y finalizar el prototipo. Además, el equipo competirá por el premio internacional de £30,000, que proporcionaría más recursos para su desarrollo a gran escala.