En un pequeño laboratorio en White City, al oeste de Londres, una revolución en la industria alimentaria está tomando forma. En un matraz cónico, una ligera opacidad en el líquido transparente agitado por una máquina revela un avance crucial: carne de pollo cultivada en laboratorio. Owen Ensor, CEO de Meatly, señala con orgullo el resultado de su trabajo: una pasta rosada en el fondo de otro matraz, que representa el futuro de la carne sin necesidad de sacrificio animal.
Meatly ha logrado recientemente la autorización en el Reino Unido para vender carne de pollo cultivada como alimento para mascotas. Esta innovación ha despertado el interés de empresas como Pets at Home, que ya ha invertido en el proyecto, mientras que los primeros ensayos alimenticios están en marcha con 25 perros como participantes. La carne cultivada no es solo una posibilidad futura, sino una realidad que avanza rápidamente.
Ensor explica de manera sencilla el proceso: «Tomamos células de un animal y producimos carne fuera de ese animal.» Desde que recibieron un vial con 5 millones de células de un huevo de gallina en septiembre de 2022, han logrado cultivar suficiente carne para alimentar a los perros en el ensayo. Aunque aún están lejos de producir a escala industrial, el progreso ha sido significativo desde que Ensor y su jefe científico, Helder Cruz, comenzaron en mayo de 2022.
El mercado de la carne cultivada está creciendo, con productos ya disponibles en Singapur y aprobados para consumo humano en Estados Unidos. La carne cultivada representa una opción sostenible y ética, ya que elimina la necesidad de criar y sacrificar animales, reduce los riesgos de contaminación y no requiere antibióticos, esteroides o hormonas.
La sostenibilidad es un punto clave, ya que la producción de carne es uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la deforestación. Un estudio reciente estima que la agricultura celular, combinada con tecnologías de energía verde, podría reducir las emisiones anuales de gases de efecto invernadero en un 52%. Sin embargo, la transición a una dieta sin carne no es fácil para todos, y la carne cultivada ofrece una alternativa viable, especialmente para la alimentación de mascotas, donde las opciones basadas en plantas o insectos no siempre son bien recibidas.
En cuanto al sabor y la textura, Ensor asegura que la carne cultivada sabe a pollo, como era de esperar. Además, destaca que supera en sabor a cualquier carne basada en plantas, lo que la convierte en una opción prometedora para el mercado de alimentos para mascotas.
El proceso de producción de carne cultivada en Meatly ha superado importantes desafíos, como eliminar el uso de suero bovino fetal (FBS) en el medio de cultivo, un componente costoso y poco ético. Aunque al inicio utilizaron FBS para cultivar las primeras células, lograron eliminarlo y reemplazarlo por un medio libre de componentes animales. Además, han reducido significativamente los costos de producción, llevando el precio del medio de cultivo a £1 por litro y aumentando el rendimiento de carne por litro.
El siguiente gran desafío para Meatly es escalar la producción y reducir aún más los costos para hacer la carne cultivada comercialmente viable. Aunque la aprobación regulatoria es un gran paso, Ensor reconoce que aún queda un largo camino por recorrer antes de que los productos de Meatly estén disponibles en el mercado.
La aceptación del público también es un reto. Aunque la industria de alimentos para mascotas ha mostrado interés, la percepción pública sobre la carne cultivada sigue siendo un obstáculo. Meatly planea iniciar un proceso de desmitificación para ganar la confianza de los consumidores, ofreciendo incluso visitas guiadas a sus instalaciones.