Esta innovadora técnica implica recolectar células que los fetos desprenden de forma natural en el útero durante el embarazo y utilizarlas para cultivar miniórganos en el laboratorio. Estos miniórganos, denominados organoides, pueden ayudar a los científicos a estudiar el desarrollo humano temprano y a comprender mejor diversas condiciones médicas. Además, se espera que esta tecnología tenga aplicaciones en la investigación de enfermedades, el desarrollo de fármacos y la medicina personalizada. Sin duda, este avance representa un emocionante paso adelante en la búsqueda de soluciones innovadoras para mejorar la salud y el bienestar de las personas.

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