Un emprendedor malagueño finalmente descubre la identidad del creador del malware que transformó su vida profesional
Después de 33 años, Bernardo Quintero decidió que había llegado el momento de encontrar a la persona que cambió su vida: el programador anónimo que creó un virus informático que había infectado su universidad décadas atrás.
El virus que lo cambió todo
El virus, llamado Virus Málaga, era mayormente inofensivo. Pero el desafío de derrotarlo despertó la pasión de Quintero por la ciberseguridad, lo que finalmente lo llevó a fundar VirusTotal, una startup que Google adquirió en 2012.
Esa adquisición trajo el centro europeo insignia de ciberseguridad de Google a Málaga, transformando la ciudad española en un hub tecnológico. Todo por un pequeño programa de malware creado por alguien cuya identidad Quintero nunca había conocido.
La búsqueda del misterioso programador
Movido por la nostalgia y la gratitud, Quintero lanzó una búsqueda este año. Pidió a los medios españoles que amplificaran su búsqueda de pistas. Se sumergió de nuevo en el código del virus, buscando pistas que su yo de 18 años podría haber pasado por alto. Y finalmente resolvió el misterio, compartiendo la resolución agridulce en un post de LinkedIn que se volvió viral.
La historia comienza en 1992, cuando un joven Quintero fue motivado por un profesor a crear un antivirus para el programa de 2610 bytes que se había extendido por las computadoras de la Escuela Politécnica de Málaga.
«Ese desafío en mi primer año de universidad despertó un profundo interés en virus informáticos y seguridad, y sin él mi camino podría haber sido muy diferente», dijo Quintero a TechCrunch.
Las pistas en el código
La búsqueda de Quintero fue ayudada por sus instintos de programador. A principios de este año, se retiró de su rol de gerente de equipo para «volver a la cueva, al sótano de Google». No dejó la empresa; en cambio, regresó a experimentar sin deberes gerenciales.
Esa mentalidad de experimentación también lo llevó a reexaminar el Virus Málaga y buscar detalles que había perdido años antes. Primero, encontró fragmentos de una firma, pero gracias a otro experto en seguridad, descubrió una variante posterior del virus con una pista mucho más clara: «KIKESOYYO».
«Kike soy yo» se traduciría como «Yo soy Kike», un apodo común para «Enrique».
El testimonio clave
Al mismo tiempo, Quintero recibió un mensaje directo de un hombre que ahora es coordinador general de transformación digital para la ciudad española de Córdoba y que afirmó haber presenciado a uno de sus compañeros de la Escuela Politécnica crear el virus.
Muchos detalles cuadraban, pero uno se destacó en particular: el hombre sabía que el mensaje oculto del virus —llamado payload en términos de ciberseguridad— era una declaración condenando al grupo terrorista vasco ETA, un hecho que Quintero nunca había revelado.
La revelación final
El informante luego le dio a Quintero un nombre: Antonio Astorga, pero también compartió la noticia de que había fallecido. Esto golpeó a Quintero como una tonelada de ladrillos; ahora, nunca podría preguntarle a Antonio sobre «Kike».
Pero siguió el hilo, y el giro de la trama vino de la hermana de Antonio, quien reveló que su primer nombre era en realidad Antonio Enrique. Para su familia, él era Kike.
El cáncer se llevó a Antonio Enrique Astorga antes de que Quintero pudiera agradecerle en persona, pero la historia no termina ahí.
El legado de un pionero
Según su amigo, el virus de Astorga no tenía otro objetivo que difundir su mensaje anti-terrorista y demostrar sus habilidades como programador. Reflejando el camino de Quintero, el interés de Astorga en la informática perduró, y se convirtió en profesor de informática en una escuela secundaria que nombró su aula de informática en su memoria.
El legado de Astorga también vive más allá de estas paredes. Uno de sus hijos, Sergio, es un reciente graduado en ingeniería de software con interés en ciberseguridad y computación cuántica, una conexión significativa para Quintero.
«Poder cerrar ese círculo ahora, y ver a las nuevas generaciones construyendo sobre él, es profundamente significativo para mí», dijo Quintero.
El impacto en Málaga
Para Quintero, Sergio es «muy representativo del talento que se está formando en Málaga hoy». Esto, a su vez, es resultado de que VirusTotal formó la raíz de lo que eventualmente se convirtió en el Google Safety Engineering Center (GSEC) y encabezó colaboraciones con la Universidad de Málaga que hicieron de la ciudad un verdadero hub de talento en ciberseguridad.
La historia de cómo un pequeño virus español creado en 1992 terminó transformando Málaga en un centro tecnológico internacional es un testimonio del poder de la curiosidad, la perseverancia y las conexiones humanas inesperadas en el mundo de la tecnología.










