Investigadores del MIT Lincoln Laboratory han logrado un avance tecnológico que podría transformar radicalmente la detección acústica submarina. Han desarrollado el primer hidrófono basado en tecnología MEMS (sistemas microelectromecánicos), utilizando componentes de micrófonos comerciales comunes, que es significativamente más pequeño y económico que los hidrófonos actuales, pero con sensibilidad igual o superior.

¿Qué es un hidrófono y por qué es importante?

Un hidrófono es esencialmente un micrófono submarino, un instrumento que convierte las ondas sonoras en señales eléctricas, permitiendo «escuchar» y grabar sonidos en océanos y otros cuerpos de agua. Estas señales pueden analizarse posteriormente para proporcionar información valiosa sobre el entorno submarino.

La innovación que nadie esperaba

«Nos sorprendió que este diseño no se hubiera explorado antes, dado el amplio interés de la Marina en hidrófonos de bajo costo», explica Daniel Freeman, quien lidera esta investigación en el Advanced Materials and Microsystems Group. «Los hidrófonos son críticos para la detección submarina en diversas aplicaciones y plataformas. Nuestro objetivo era demostrar que podíamos desarrollar un dispositivo de tamaño y costo reducidos sin sacrificar rendimiento.»

Características revolucionarias del dispositivo MEMS

Los dispositivos MEMS son sistemas increíblemente pequeños que van desde unos pocos milímetros hasta micrones (más pequeños que un cabello humano) con partes móviles diminutas. Se utilizan en diversos sensores, incluyendo micrófonos, giroscopios y acelerómetros. El pequeño tamaño de los sensores MEMS los ha hecho cruciales en múltiples aplicaciones, desde smartphones hasta dispositivos médicos.

Actualmente no existen hidrófonos comerciales que utilicen tecnología MEMS, por lo que el equipo se propuso entender si tal diseño era posible.

El proceso de desarrollo: de la idea a la realidad

Con financiamiento de la Office of the Under Secretary of War for Research and Engineering, el equipo inicialmente planeaba usar microfabricación, un área de expertise del laboratorio, para desarrollar su dispositivo. Sin embargo, ese enfoque resultó demasiado costoso y complejo.

Este obstáculo llevó al equipo a pivotar y construir su hidrófono alrededor de un micrófono MEMS disponible comercialmente. «Tuvimos que idear una alternativa económica sin sacrificar rendimiento, y esto es lo que nos llevó a construir el diseño alrededor de un micrófono, que según nuestro conocimiento es un enfoque novedoso», explica Freeman.

Colaboración multidisciplinaria

En colaboración con investigadores de Tufts University, así como los socios industriales SeaLandAire Technologies y Navmar Applied Sciences Corp., el equipo fabricó el hidrófono encapsulando el micrófono MEMS en un polímero con baja permeabilidad al agua, dejando una cavidad de aire alrededor del diafragma del micrófono.

Desafíos técnicos superados

Uno de los desafíos clave que enfrentaron fue la posibilidad de perder demasiada señal debido al empaquetado y la cavidad de aire alrededor del micrófono MEMS. Después de una cantidad sustancial de simulación, iteraciones de diseño y pruebas, el equipo descubrió que la señal perdida por incorporar aire en el dispositivo se compensaba con la muy alta sensibilidad del micrófono MEMS mismo.

Como resultado, el dispositivo pudo funcionar con una sensibilidad comparable a hidrófonos de alta gama a profundidades de hasta 400 pies y temperaturas tan bajas como 40 grados Fahrenheit.

Pruebas de campo exitosas en Seneca Lake

En julio, ocho investigadores viajaron a Seneca Lake en Nueva York para probar diversos dispositivos. Los hidrófonos se bajaron a profundidades crecientes en el agua – 100 pies al principio, luego incrementalmente hasta 400 pies. En cada profundidad, se transmitieron señales acústicas de frecuencias variables para que el instrumento las registrara.

Resultados excepcionales

«Esta fue nuestra primera prueba de campo en aguas profundas, y por lo tanto fue un hito importante para demostrar la capacidad de operar en un entorno realista», dice Freeman. «Nuestra esperanza era que el rendimiento de nuestro dispositivo coincidiera con lo que habíamos visto en nuestro tanque de agua.»

Los resultados de las pruebas fueron excelentes, mostrando que la sensibilidad y la relación señal-ruido estaban dentro de unos pocos decibeles del estado oceánico más silencioso, conocido como estado de mar cero. Además, este rendimiento se logró en aguas profundas, a 400 pies, y con temperaturas muy bajas, alrededor de 40 grados Fahrenheit.

Aplicaciones y futuro del proyecto

El prototipo de hidrófono tiene aplicaciones en una amplia variedad de casos de uso comerciales y militares debido a su pequeño tamaño, consumo de energía eficiente y bajo costo.

«Estamos en discusiones con el Departamento de Guerra sobre la transición de esta tecnología al gobierno de Estados Unidos y la industria», dice Freeman. «Todavía hay espacio para optimizar el diseño, pero creemos que hemos demostrado que este hidrófono tiene los beneficios clave de ser robusto, de alto rendimiento y muy bajo costo.»

Impacto potencial en múltiples sectores

Esta innovación podría revolucionar:

  • Aplicaciones navales para la Marina de EE.UU.
  • Investigación científica marina
  • Monitoreo ambiental submarino
  • Exploración industrial oceánica
  • Sistemas de detección acústica submarina

El desarrollo representa un salto significativo en la tecnología de sensores submarinos, combinando innovación tecnológica, eficiencia de costos y rendimiento superior en un paquete compacto que podría redefinir las capacidades de detección acústica submarina para las próximas décadas.

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