Windows no es el sistema operativo ideal para todos, sobre todo con el fin del soporte para Windows 10 y los requisitos exigentes de Windows 11 que muchos PCs no cumplen. Para quienes no pueden o no quieren comprar un nuevo equipo, existen opciones gratuitas como Linux y Chrome OS Flex que permiten seguir usando el hardware actual de forma segura y eficiente.

Linux es una plataforma de código abierto con una larga historia y hoy es fácil de usar gracias a entornos gráficos como Linux Mint Cinnamon, que ofrecen una interfaz amigable para usuarios acostumbrados a Windows. Instalarlo solo requiere crear un USB de arranque con herramientas como Rufus, respaldar tus datos y seguir un asistente que permite mantener Windows o reemplazarlo por completo. Los dispositivos y periféricos usualmente funcionan desde el inicio sin complicaciones. En nuestro blog puedes iniciarte en Linux de forma guiada con nuestra serie al respecto.

Chrome OS Flex, desarrollado por Google, es una alternativa basada en la nube similar a los Chromebooks, preparada para correr en PCs antiguos con una instalación igualmente sencilla. A diferencia del sistema Chrome OS en Chromebooks tradicionales, Chrome OS Flex no soporta apps de Android y borra todo el disco al instalarse, por lo que es fundamental hacer una copia de seguridad antes. Su enfoque en la nube lo hace ligero y rápido sin necesidad de hardware potente.

Un enfoque más radical es prescindir completamente del PC tradicional y utilizar el smartphone como dispositivo principal para tareas comunes como procesamiento de texto o manejo de hojas de cálculo. Mediante accesorios económicos como teclados y ratones Bluetooth, y apoyos como USB OTG o adaptadores de video, un móvil puede conectarse a monitores y usarse casi como una computadora. Esta opción se potencia con Android 16, que introduce un modo escritorio completo en algunos dispositivos.

Entre las alternativas completas y de gama alta están los Chromebooks y los MacBooks. Los Chromebooks son económicos, parten de $200 pero conviene ir por modelos con soporte actualizado y pantalla táctil para aprovechar las apps de Android. Gráficamente son simples y mantienen actualizaciones automáticas de seguridad y sistema. Sin embargo, no ejecutan programas Windows y dependen de una cuenta Google para sacar todo su provecho.

Los MacBooks, con MacOS y su ecosistema, son robustos y estables, pero suelen tener precios elevados. Se consideran una «jaula de oro» por la limitada interoperabilidad con sistemas externos, aunque la Unión Europea impulsa mayor apertura.

En resumen, quienes deben dejar Windows tienen a su alcance varias alternativas gratuitas, con amplio soporte y facilidad de instalación. Solo es cuestión de disposición a probar, acostumbrarse y elegir la opción que mejor se adapte a sus necesidades sin sacrificar seguridad ni funcionalidad.

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