Las nuevas gafas inteligentes de Meta con pantalla integrada y pulsera neural prometen revolucionar la interacción con la tecnología, pero ¿cumplen realmente con las expectativas?

Scott Stein, editor de CNET, ha pasado dos días probando las revolucionarias Meta Ray-Ban Display glasses, que acaban de salir a la venta por 799 dólares. Estas gafas representan un salto tecnológico significativo respecto a los modelos anteriores de Meta, incorporando una pantalla heads-up y una pulsera neural que detecta gestos mediante electromiografía.

La pulsera neural: el verdadero protagonista

El elemento más destacado de este conjunto no son las gafas en sí, sino la pulsera neural incluida. Este dispositivo utiliza una matriz de electrodos para medir los impulsos neurales en la muñeca y responder a los gestos de la mano del usuario.

Primer plano de dos manos levantadas sobre un camino de piedra al aire libre. En la muñeca izquierda se lleva un reloj inteligente con pantalla encendida mostrando la hora y datos de actividad. En la muñeca derecha hay una pulsera electrónica oscura.

La pantalla se activa con un doble toque del dedo medio y el pulgar, y se controla mediante más gestos. Los controles incluyen deslizar el pulgar sobre el puño cerrado para navegar por las aplicaciones y tocar con ambos dedos para seleccionar. Aunque inicialmente estos gestos pueden parecer complicados, Stein señala que se adapta a ellos en apenas un día.

Diseño elegante pero voluminoso

Las gafas Meta Ray-Ban Display mantienen la estética premium de los modelos anteriores, pero con marcos más gruesos que albergan la nueva tecnología. El modelo de prueba cuenta con marcos negros brillantes, bisagras elegantes y almohadillas nasales cómodas. Sin embargo, el periodista admite que su familia no es fan del aspecto que tienen puestas.

Las lentes de transición hacen que funcionen bien como gafas de sol y ayudan a que la pantalla sea legible en diferentes condiciones de luz. El estuche de carga plegable incluye su propia batería interna, un detalle que mejora la experiencia de uso.

Pantalla pequeña pero funcional

La pantalla heads-up aparece solo en el ojo derecho y es descrita como «pequeña pero muy legible». Funciona tanto en interiores como exteriores gracias a las lentes de transición que reducen el deslumbramiento. La proyección se ve como una serie de líneas sutiles en la lente, prácticamente imperceptibles desde el exterior.

Sin embargo, en ciertos ángulos puede crear reflejos en la visión del usuario, similar al efecto lens flare, y ocasionalmente la pantalla puede ser visible desde el exterior.

Experiencias mágicas y momentos frustrantes

Durante su prueba, Stein experimentó varios momentos que describiría como «mágicos»:

  • En un parque, se acercó silenciosamente a unos gansos, activó la cámara con gestos, vio el visor heads-up y usó gestos de pellizco y giro para hacer zoom y capturar una foto más cercana.

  • En una librería, activó la IA con un doble toque para obtener resúmenes y descripciones de libros en texto emergente, encontrando estas descripciones más útiles que las recomendaciones de audio.

  • Activó subtítulos en tiempo real y vio las palabras de su esposa flotando sobre ella. Aunque no eran completamente precisas, resultaron útiles para asistir cuando no podía escucharla claramente.

  • Condujo con la pantalla activada, algo que le preocupa ya que las gafas no recomiendan automáticamente desactivar la pantalla mientras se conduce.

  • Probó Google Maps integrado, que muestra restaurantes y cafés locales y puede hacer navegación peatonal, aunque aún no está disponible en su vecindario.

Limitaciones sorprendentes

A pesar de sus capacidades avanzadas, las gafas tienen limitaciones significativas:

  • No se pueden ver películas ni contenido de video extenso
  • No hay acceso a Facebook, Threads, internet o email
  • Las aplicaciones se centran en textos rápidos, subtítulos o tal vez algún reel de Instagram compartido
  • El usuario sigue recurriendo constantemente al teléfono para muchas funciones

Duración de batería limitada

La duración de la batería es otro punto débil. Aunque Meta promete hasta seis horas de uso, en las pruebas de Stein duraron entre tres y cuatro horas, menos que las Meta Ray-Ban de segunda generación estándar.

La pulsera neural dura un día completo con una sola carga, pero requiere su propio cable de carga magnético tipo Fitbit. Las gafas se cargan mediante USB-C, pero deben estar en el estuche para cargarse.

Reflexiones sobre el futuro

Estas gafas representan un vistazo fascinante al futuro de la tecnología wearable. La combinación de pantalla integrada y control por gestos neurales crea una experiencia que, según Stein, «te hace sentir como un mago moderno». Sin embargo, las limitaciones actuales en cuanto a integración de aplicaciones, duración de batería y la necesidad de cargar múltiples dispositivos plantean preguntas sobre si la tecnología está lista para el uso diario masivo.

Las Meta Ray-Ban Display glasses están disponibles por 799 dólares, aunque su disponibilidad es limitada. Representan un paso significativo hacia un futuro donde la realidad aumentada se integre de manera más natural en nuestras vidas cotidianas, pero aún queda camino por recorrer antes de que se conviertan en un reemplazo completo del smartphone.

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