Un reciente estudio ha descubierto que los indicadores fisiológicos de estrés disminuyeron mientras los participantes jugaban al videojuego A Plague Tale: Requiem, independientemente de qué parte del juego estuvieran jugando. En contraste, cuando se les preguntó sobre su estrés, los participantes que jugaron un pasaje violento del juego reportaron sentirse más estresados y agresivos, mientras que aquellos que jugaron un pasaje no violento se sintieron más relajados.

El contexto de los videojuegos como herramienta antiestrés

Las estimaciones indican que más de 3 mil millones de personas en todo el mundo juegan videojuegos. Las personas juegan videojuegos porque son divertidos, pero también porque proporcionan una escapatoria de la vida diaria, una oportunidad de socializar y pueden servir como método para aliviar el estrés. En una encuesta reciente a gran escala, el 89% de los jugadores afirmó que los videojuegos son un alivio del estrés para ellos.

Muchos jugadores reportan sentirse más relajados y emocionalmente equilibrados después de una sesión de juego. Los juegos también pueden proporcionar una sensación de logro y control, lo que puede contrarrestar sentimientos de impotencia o ansiedad.

Sin embargo, este efecto no siempre es claro. El juego excesivo puede aumentar el estrés con el tiempo, especialmente si interfiere con el sueño, las relaciones o las responsabilidades. Los juegos competitivos o de ritmo rápido también pueden desencadenar respuestas fisiológicas de estrés, como un aumento de la frecuencia cardíaca.

Metodología del estudio

El estudio, dirigido por Gary L. Wagener y colegas, tenía como objetivo explorar los efectos de alivio del estrés de los videojuegos violentos versus los no violentos. Los investigadores plantearon la hipótesis de que los videojuegos en general reducirían tanto el estrés autoreportado como el fisiológico, que los juegos violentos tendrían efectos más fuertes de reducción del estrés, y que jugar un videojuego violento no afectaría los niveles de agresión.

Los participantes fueron 82 individuos entre 18 y 40 años de edad (edad promedio 23). De estos, 42 eran mujeres. Setenta y nueve afirmaron haber jugado videojuegos antes. En promedio, los participantes jugaban videojuegos aproximadamente 4-5 horas por semana.

El test de estrés

Para probar los efectos de alivio del estrés de un videojuego, los investigadores primero indujeron estrés usando el Socially Evaluated Cold Pressor Test (SECPT). Este procedimiento requería que los participantes mantuvieran su mano no dominante en una cubeta de agua helada (~4°C) durante un período de tres minutos, cuya duración no se anunció de antemano. Durante este tiempo, los participantes fueron instruidos a mirar hacia una cámara, y un investigador se quedó cerca, preguntando cada 20 segundos cómo se sentían.

Después de la prueba del agua fría, los participantes fueron divididos en dos grupos. Un grupo jugó dos pasajes violentos de A Plague Tale: Requiem en una consola PlayStation 5, mientras que el otro jugó dos pasajes no violentos del mismo juego. El tiempo total de juego fue aproximadamente 25 minutos.

A Plague Tale: Requiem es un juego de aventura y acción narrativo que sigue a los hermanos Amicia y Hugo mientras luchan por sobrevivir en una Francia medieval devastada por la plaga y la guerra, enfrentando fuerzas sobrenaturales.

Monitoreo fisiológico y psicológico

A lo largo del estudio, los participantes fueron monitoreados antes, durante y después del juego. Los investigadores utilizaron un electrocardiograma (ECG) para medir la actividad cardíaca, recolectaron muestras de saliva (para estimar los niveles de cortisol, un biomarcador del estrés), y administraron cuestionarios evaluando los niveles de estrés y relajación autoreportados por los participantes.

Resultados sorprendentes: la desconexión mente-cuerpo

Los resultados mostraron que el estrés autoreportado aumentó en el grupo que jugó el pasaje violento del juego a medida que este progresaba, aunque no se observaron cambios significativos después de la prueba del agua helada. Por el contrario, este grupo también reportó niveles de relajación más bajos a lo largo del estudio. En contraste, el grupo que jugó el pasaje no violento del juego se sintió más relajado y menos estresado después de jugar.

Fisiológicamente, ambos grupos exhibieron una tendencia similar: la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol aumentaron durante la prueba del agua helada, indicando estrés elevado, y luego disminuyeron después del juego, sugiriendo recuperación y relajación. Esto se observó independientemente del contenido violento o no violento del juego.

Implicaciones del descubrimiento

«Esta disociación entre los resultados de estrés autoreportado y fisiológico sugiere que las personas pueden evaluar incorrectamente su propio estado de activación. Esto puede deberse a diferencias en la evaluación cognitiva de las características de los respectivos grupos de juego, ya que la secuencia del juego violento fue juzgada como más desafiante y difícil. Sin embargo, el efecto de relajación fisiológica observado puede apuntar al potencial del compromiso con videojuegos para intervenciones de estrés», concluyeron los autores del estudio.

Limitaciones y consideraciones futuras

El estudio arroja luz sobre los efectos que los videojuegos pueden tener sobre el estrés. Sin embargo, debe notarse que el estudio se centró exclusivamente en un juego específico. Los efectos de diferentes juegos sobre el estrés pueden variar, y los resultados de un juego pueden no aplicarse necesariamente a otros.

Esta investigación, publicada en el International Journal of Psychophysiology, representa un paso importante hacia la comprensión de cómo los videojuegos pueden funcionar como herramientas de manejo del estrés, revelando que el cuerpo puede relajarse incluso cuando la mente percibe tensión.

El documento, «A Plague(d) Tale: Are violent video games effective in reducing stress levels?» fue escrito por Gary L. Wagener, Andre Schulz y Andre Melzer.

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