Las autoridades estadounidenses han desvelado nuevas acusaciones contra varios ciudadanos involucrados en redes internacionales de tortura de monos, evidenciando cómo la tecnología moderna facilita la creación de comunidades dedicadas a actividades extremadamente perturbadoras.

La estructura digital del horror

Los videos de tortura de monos actuales son productos de un mundo digitalmente conectado. Las personas que disfrutan viendo bebés animales sometidos a mutilaciones horribles a menudo tienen dificultades para encontrar colaboradores locales, pero las comunidades online como «million tears» —ahora cerrada— les ayudaban a establecer conexiones.

Una vez que encuentran almas afines, la comunicación se realiza a través de aplicaciones de chat como Telegram y Signal, utilizando frecuentemente encriptación. El dinero se reúne mediante diversas aplicaciones móviles y luego se envía a videógrafos en países donde los salarios son bajos y los monos abundan, principalmente Indonesia.

Allí, los monos son torturados por subcontratistas locales —a veces menores de edad— trabajando según especificaciones occidentales. Los videos de la tortura grabados con smartphones se envían de vuelta a los sádicos comisionantes, quienes los comparten con más espectadores usando las mismas comunidades online donde se conocieron.

Nuevas acusaciones revelan detalles escalofriantes

Este patrón desafortunado se mostró nuevamente esta semana en una acusación que el gobierno estadounidense presentó contra varios estadounidenses más, supuestamente involucrados en comisionar estos videos. Los acusados utilizaban nombres de usuario como «Bitchy» y «DemonSwordSoulCrusher», y provienen de todo el país: Tennessee, Carolina del Norte, Ohio, Pennsylvania y Massachusetts.

Dependían de un videógrafo indonesio para crear el contenido, que era sorprendentemente asequible: costaba apenas 40 dólares comisionar un video de un «destornillador ardiente» siendo insertado en un orificio de un bebé mono. Después de transferir el dinero, el video solicitado fue grabado y compartido a través de un «programa de mensajería telefónica», pero los estadounidenses quedaron profundamente decepcionados con su calidad.

«Muy patético», supuestamente se quejó uno de los estadounidenses a otro. «Se vive y se aprende», fue la respuesta.

El grupo lo intentó de nuevo. «Million tears» había sido expulsado por su host, pero el grupo se reconstituyó en otra plataforma y se renombró como «the trail of trillion tears». Contactaron a otro videógrafo indonesio y pidieron una versión más gráfica del mismo video. Pero esta versión, más sádica que la anterior, aún no los satisfizo.

Las detenciones continúan a nivel internacional

En 2021, alguien filtró comunicaciones del grupo «million tears» a organizaciones de derechos de los animales como Lady Freethinker y Action for Primates, que las entregaron a las autoridades. Sin embargo, tomó varios años arrestar y procesar a los líderes del grupo de tortura.

En 2024, uno de estos líderes —Ronald Bedra de Ohio— se declaró culpable de comisionar los videos y de enviar por correo «una unidad USB conteniendo 64 videos de tortura de monos a un co-conspirador en Wisconsin». Su madre, en una carta de sentencia al juez, dijo que su hijo debía «haber estado pasando por alguna crisis mental cuando decidió crear el sitio web».

Bedra fue sentenciado a finales del año pasado a 54 meses de prisión. Según cartas de miembros de la familia, también ha perdido su trabajo, su esposa y sus hijos.

En abril de 2025, dos supuestos co-conspiradores más fueron acusados y posteriormente arrestados; sus casos fueron revelados solo esta semana. Otros dos co-conspiradores de este grupo aún parecen no haber sido acusados.

En mayo de 2025, 11 otros estadounidenses fueron acusados por su participación en grupos de tortura de monos, aunque parecen provenir de una red diferente. Este grupo supuestamente «pagó a un menor en Indonesia para cometer los actos solicitados frente a la cámara».

El lado indonesio de la ecuación

En cuanto al lado indonesio de esta ecuación, también han estado ocurriendo arrestos allí. Siguiendo quejas de grupos de derechos de los animales, la policía en Indonesia ha arrestado a múltiples videógrafos durante los últimos dos años.

Alcance internacional del problema

Mostrando la naturaleza internacional de estos grupos de tortura, medios escoceses reportaron recientemente sobre una «madre escocesa sádica encarcelada por ayudar a dirigir una red global horrifica de tortura de monos». La mujer de 39 años aparentemente fue capturada después de que las autoridades estadounidenses desmantelaran otra red de tortura de monos basada en externalizar la tortura a Indonesia.

La lucha continúa

Estas detenciones representan solo la punta del iceberg en una lucha más amplia contra el uso de tecnologías digitales para facilitar crueldad animal extrema. Las investigaciones continuas muestran cómo las herramientas de comunicación modernas, aunque diseñadas para conectar a las personas de manera positiva, pueden ser explotadas para coordinar actividades profundamente perturbadoras a escala global.

Las autoridades siguen trabajando para desmantelar estas redes, pero la naturaleza internacional y encriptada de estas operaciones presenta desafíos únicos para los sistemas de justicia tradicionales.

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