El Departamento de Estado de Estados Unidos ha lanzado su última represalia contra Europa y otros países por sus intentos de regular las plataformas digitales. El secretario de Estado Marco Rubio anunció el miércoles que Estados Unidos restringiría las visas para «ciudadanos extranjeros que sean responsables de la censura de expresión protegida en Estados Unidos».
Calificó como «inaceptable que funcionarios extranjeros emitan o amenacen con órdenes de arresto contra ciudadanos estadounidenses o residentes de Estados Unidos por publicaciones en redes sociales en plataformas estadounidenses mientras se encuentran físicamente en suelo estadounidense» y «que funcionarios extranjeros exijan que las plataformas tecnológicas estadounidenses adopten políticas globales de moderación de contenido o participen en actividades de censura que vayan más allá de su autoridad y lleguen hasta Estados Unidos».
Una respuesta directa al Digital Services Act europeo
Aún no está claro cómo o contra quién se aplicará la política, pero parece apuntar al Digital Services Act (DSA) de Europa, una ley que entró en vigor en 2023 con el objetivo de hacer más seguras las plataformas en línea al imponer requisitos a las plataformas más grandes para eliminar contenido ilegal y proporcionar transparencia sobre su moderación de contenido.
Aunque no se menciona directamente en el comunicado de prensa sobre las restricciones de visa, la administración Trump ha criticado duramente la ley en múltiples ocasiones, incluyendo comentarios anteriores este año del vicepresidente JD Vance.
«Es inaceptable que funcionarios extranjeros exijan que las plataformas tecnológicas estadounidenses adopten políticas globales de moderación de contenido»
Críticas oficiales al DSA
La página principal del Departamento de Estado actualmente enlaza a un artículo en su Substack oficial, donde el asesor senior para la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo Samuel Samson critica el DSA como una herramienta para «silenciar voces disidentes a través de una moderación de contenido orwelliana». Añade: «Los reguladores independientes ahora vigilan las empresas de redes sociales, incluidas plataformas estadounidenses prominentes como X, y amenazan con multas inmensas por incumplimiento de sus estrictas regulaciones de expresión».
Una paradoja en la política de libre expresión
Aunque el presidente Donald Trump ha afirmado tomar medidas para acabar con la censura a nivel nacional, algunos movimientos de su administración han amenazado con limitar la expresión dentro de Estados Unidos. Los sitios web gubernamentales e instituciones que dependen de financiamiento gubernamental han eliminado palabras asociadas con la diversidad para evitar su ira, y la Casa Blanca cortó el acceso de The Associated Press a las conferencias de prensa cuando la agencia se negó a llamar al Golfo de México como Golfo de América.
«No toleraremos invasiones a la soberanía estadounidense», dice Rubio en el anuncio, «especialmente cuando tales invasiones socavan el ejercicio de nuestro derecho fundamental a la libertad de expresión».
Implicaciones internacionales
Esta medida representa una escalada significativa en las tensiones entre Estados Unidos y Europa sobre la regulación de las grandes tecnológicas. El DSA ha sido visto como uno de los intentos más ambiciosos del mundo para regular las plataformas digitales, requiriendo que las grandes plataformas:
- Eliminen contenido ilegal de manera más rápida y eficiente
- Proporcionen transparencia sobre sus algoritmos y políticas de moderación
- Implementen medidas para proteger a usuarios menores de edad
- Sometan a auditorías independientes sus sistemas de moderación
La respuesta de la administración Trump sugiere una filosofía fundamentalmente diferente sobre el papel del gobierno en la regulación de las plataformas digitales, priorizando lo que considera libertad de expresión absoluta sobre las preocupaciones de seguridad en línea que motivaron las regulaciones europeas. Esta política de restricción de visas podría afectar a funcionarios europeos, reguladores y otros oficiales involucrados en la implementación y aplicación del DSA, marcando un nuevo capítulo en las relaciones tecnológicas transatlánticas.