A medida que se cumplen cinco años desde el inicio del auge del trabajo remoto desencadenado por la pandemia de Covid-19, algunas de las empresas que inicialmente apoyaron este modelo están revirtiendo sus decisiones y pidiendo a sus empleados que regresen a la oficina. Gigantes como Amazon, Dell y Walmart, así como trabajadores del gobierno federal, han sido notificados que sus días de trabajo remoto han llegado a su fin. Este cambio marca un giro significativo desde 2020, cuando el trabajo remoto y las opciones híbridas fueron considerados como el futuro del trabajo.

A pesar de la disminución de las oportunidades laborales remotas, la competencia para asegurar uno de esos empleos es feroz. Solo el 20% de las ofertas en LinkedIn son para puestos remotos o híbridos, pero estos reciben el 60% de las solicitudes. Además, casi la mitad de los empleados que tienen la opción de trabajar de forma remota afirman que es poco probable que permanezcan en sus trabajos si se les exige regresar a las oficinas a tiempo completo.

Los empleados que deciden quedarse a menudo se rebelan contra las mandatos de retorno a la oficina, optando por hacer solo apariciones breves, un fenómeno conocido como «coffee badging». Otros pueden permanecer, pero su compromiso con el trabajo disminuye, resultando en una productividad y rendimiento más bajos.

Razones para el retorno a la oficina

Los directivos tienen varias razones para querer que los empleados regresen a las oficinas. Una de ellas es maximizar el uso de un costoso inmobiliario corporativo. Según Kory Kantenga, economista jefe de LinkedIn en América, algunos líderes creen que los trabajadores son «posiblemente más productivos en la oficina». Por tanto, al querer reanudar el trabajo en el lugar, ven la posibilidad de aumentar la productividad y, por ende, las ganancias.

Un estudio de 2024 sobre empresas del S&P 500 reveló que aquellas que habían visto caer sus acciones eran más propensas a exigir el regreso a la oficina, con la esperanza de que el tiempo en la oficina impulsara la productividad. Se ha observado que ciertos tipos de líderes, como aquellos con CEO masculinos y poderosos, son más propensos a demandar ese retorno, lo que refleja su experiencia de trabajo tradicional y una percepción de pérdida de control sobre sus empleados.

Con la disminución de la creación de nuevos empleos y una mayor cantidad de solicitantes que de vacantes disponibles, los empleadores tienen menos incentivos para ofrecer beneficios como el trabajo flexible. Algunos expertos sugieren que las políticas de retorno a la oficina pueden ser una forma de «despido por canal trasero», donde se espera que el descontento con las políticas motive a los empleados a renunciar.

Impacto en el negocio y el bienestar de los empleados

La investigación sobre si los trabajadores en la oficina son más comprometidos y productivos es incierta. Sin embargo, hay evidencia suficiente que sugiere que los mandatos de retorno a la oficina disminuyen la satisfacción laboral. Un análisis de millones de reseñas en Glassdoor indica que los índices de satisfacción caen significativamente, lo que también se traduce en una mayor rotación de personal, incluidos grupos vulnerables como las mujeres y los empleados altamente cualificados.

A pesar de la tendencia de retorno a la oficina, algunos trabajadores, como Clinton Stamper, un ingeniero de software de Amazon, han encontrado ventajas en el trabajo en persona. Después de tres años de trabajo remoto, él se siente más conectado con sus colegas y mejora su enfoque y colaboración al estar en la oficina. Además, el regreso a la oficina puede impulsar la economía local, apoyando negocios pequeños cercanos a las áreas corporativas.

El futuro del trabajo y la flexibilidad

A pesar de que los profesionales pueden estar pasando más tiempo en oficinas hoy, la flexibilidad del trabajo remoto ha dejado una marca permanente en la forma en que se realiza el trabajo. En 2024, más de 1 de cada 4 días laborales en EE.UU. se realizaron desde casa, un aumento notable en comparación con 1 de cada 14 antes de la pandemia. La mayoría de las empresas que implementan políticas remotas o híbridas no planean cambiar estas políticas en el próximo año.

Expertos afirman que el modelo híbrido llegó para quedarse. Las pequeñas empresas están ofreciendo flexibilidad laboral como una estrategia de atractivo frente a los grandes competidores, que pueden permitirse perder a empleados si restringen las opciones de trabajo flexible.

El cambio demográfico en la fuerza laboral también podría crear un mercado laboral más favorable para los empleados, obligando a los empleadores a ofrecer condiciones laborales atractivas. Aunque muchas compañías están probando el retorno a la oficina como una solución a problemas más complejos, los expertos advierten que es poco probable que esta estrategia ofrezca respuestas simples a las cuestiones fundamentales que enfrentan las organizaciones.

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