El 21 de marzo de 2025, muchos artistas se manifestaron en contra de los pagos insuficientes que reciben de plataformas de streaming como Spotify. A pesar de que casi cualquier canción está disponible por aproximadamente $12 al mes, o de forma gratuita con anuncios, varios músicos han señalado que este modelo de negocio no les ofrece un sustento adecuado.
En una reciente ceremonia de los Grammy, la cantante Chappell Roan hizo un llamado a la industria, pidiendo que las discográficas ofrezcan salarios dignos y atención médica particularmente a los artistas en desarrollo. Esta es una queja común en un sector donde las ganancias han aumentado significativamente, pero, a pesar de los récords de ingresos, muchos músicos sienten que están quedando atrás, sugiriendo que la popularidad del streaming es la causa principal.
Damon Krukowski, un veterano de la música y fundador de la banda independiente Galaxie 500, ha señalado que hacerse un nombre en esta era de streaming ha sido complicado. Desde que las principales plataformas como Spotify, Apple y Amazon dominan el mercado, es cada vez más difícil para los artistas alcanzar a su audiencia y vender su música.
En lugar de obtener ingresos directos de sus creaciones, los músicos dependen de derechos que generalmente se distribuyen a través de sellos discográficos antes de llegar a ellos. Liz Pelly, periodista musical, explicó que en 2020 los artistas recibieron alrededor de $0.003 por cada reproducción en las plataformas, lo que significa que un músico necesitaría alrededor de 800,000 reproducciones al mes para ganar lo equivalente a un salario mínimo de $15 por hora.
Artistas consagrados como Taylor Swift han tomado medidas similares para expresar sus frustraciones; en 2014, retiró su catálogo de Spotify, argumentando que “las cosas valiosas deberían pagarse y que la música no debería ser gratis”.
Además, el espacio de las listas de reproducciones se ha vuelto crítico. Roland Pemberton, mejor conocido como Cadence Weapon, advirtió que lograr un lugar en esas listas es esencial para que los nuevos lanzamientos consigan visibilidad. La presión es intensa y cada vez más artistas y sellos se ven forzados a redoblar esfuerzos para asegurar su lugar en esos pocos espacios.
Spotify ha defendido su modelo de negocio, afirmando que ha pagado más de $60 mil millones a la industria musical desde su creación y que varios artistas están ganando más que antes. Sin embargo, músicos como Sadie Dupuis, de la banda Speedy Ortiz, sostienen que los ingresos que perciben son insuficientes a comparación de los ingresos generados por la venta de discos o conciertos.
Para abordar estas preocupaciones, se ha propuesto el «Living Wage for Musicians Act», una legislación que busca generar un nuevo flujo de ingresos a través de impuestos aplicados a las plataformas de streaming. Krukowski afirma que esta iniciativa podría transformar la industria musical, permitiendo que más artistas mantengan una vida sostenible.
Aunque la legislación enfrenta obstáculos significativos, la comunidad musical continúa buscando soluciones creativas y accesibles, promoviendo un regreso a la esencia del «hazlo tú mismo» donde los artistas y sus seguidores se apoyen mutuamente. En este contexto, es crucial que los oyentes reconozcan su papel en el mantenimiento de la industria y apoyen a los músicos a través de la compra directa de sus trabajos y la asistencia a sus conciertos.