Las grandes corporaciones están cada vez más interesadas en la construcción de bunkers subterráneos que pueden resistir un ataque nuclear. Este interés ha sido impulsado en parte por el aumento de las tensiones geopolíticas. Empresas como Survival Condo están trabajando en ofrecer espacios seguros que no solo protegen datos, sino también a los directivos de las empresas. Por ejemplo, Larry Hall, propietario de Survival Condo, mencionó que recientemente ofreció un espacio de centro de datos y suites ejecutivas a una empresa de criptomonedas por 64 millones de dólares.
Este enfoque en la seguridad física de los datos ha cobrado relevancia a medida que el valor de la información aumenta. Iron Mountain, una firma conocida por su gestión de información, comenzó ofreciendo almacenamiento en minas de mineral de hierro durante los temores nucleares de los años 50. Hoy en día, alquila importantes espacios de centros de datos en antiguos yacimientos mineros, sirviendo a sectores cruciales como finanzas y salud, ilustrando cómo la protección de datos ha evolucionado con el tiempo.

Con la experiencia de caídas significativas en el mercado de las criptomonedas, como el colapso de FTX en 2022, las empresas buscan soluciones para prevenir interrupciones económicas. Las tensiones actuales entre países, junto con los desastres naturales provocados por el cambio climático, han llevado a las empresas a considerar bunkers como una salvaguardia para su infraestructura crítica. Survival Condo, por ejemplo, ha diseñado sus instalaciones para soportar desastres, adoptando modelos de silos de misiles de la Guerra Fría que ofrecen refugio seguro.
Sin embargo, construir y mantener estos bunkers implica costos elevados, siendo el precio más bajo estimado en 45 millones de dólares. A pesar de la alta inversión, se considera que este tipo de instalaciones podrían ser clave para el futuro de la inteligencia empresarial y la industria de la computación cuántica. No obstante, expertos sugieren que esta estrategia no es la única opción viable. Alternativas como la distribución de datos en múltiples instalaciones o las medidas de ciberseguridad podrían ofrecer soluciones más económicas y efectivas ante amenazas tanto físicas como digitales.