Un equipo de científicos de la Universidad de Columbia ha identificado neuronas especializadas en el cerebro de ratones que ordenan a estos animales dejar de comer. Aunque se conocen numerosos circuitos de alimentación en el cerebro que participan en la regulación de la ingesta de alimentos, las neuronas previamente identificadas en esos circuitos no toman la decisión final de cesar la comida. Este hallazgo, publicado en la revista Cell, podría abrir nuevas vías para el tratamiento de la obesidad en humanos.

Las neuronas recién descubiertas se encuentran en el tronco encefálico, la parte más antigua del cerebro de los vertebrados. Según Alexander Nectow, médico-científico del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, estas neuronas son únicas en su capacidad para integrar diversas señales relacionadas con la saciedad. A diferencia de otras neuronas que solo perciben la comida en la boca, el llenado del estómago o los nutrientes obtenidos, estas neuronas combinan toda esa información para regular la sensación de saciedad.

El proceso de decidir cuándo dejar de comer es un fenómeno común que experimentamos en cada comida. Sin embargo, hasta ahora, los investigadores solo habían logrado rastrear las células decisoras hasta el tronco encefálico, sin identificar su función específica. Nectow y su colega Srikanta Chowdhury utilizaron una técnica innovadora de perfil molecular espacialmente resuelto, que permite observar las células en su ubicación exacta en el tronco encefálico y analizar su composición molecular. Esta técnica reveló células no reconocidas anteriormente con características similares a otras neuronas que regulan el apetito.

Para investigar cómo estas neuronas influyen en la alimentación, los investigadores las modificaron genéticamente para que pudieran ser activadas o desactivadas mediante luz. Al activar estas neuronas, los ratones consumían comidas más pequeñas, y la intensidad de la activación determinaba la rapidez con la que dejaban de comer. Además, se descubrió que estas neuronas no solo señalaban un cese inmediato de la ingesta, sino que también ayudaban a los ratones a reducir gradualmente su ritmo de alimentación. Los experimentos también mostraron que estas neuronas eran silenciadas por una hormona que aumenta el apetito y activadas por un agonista de GLP-1, un tipo de medicamento utilizado en el tratamiento de la obesidad y la diabetes.

Aunque estas neuronas especializadas se encontraron en ratones, su ubicación en el tronco encefálico, una parte del cerebro similar en todos los vertebrados, sugiere que es muy probable que los humanos también las posean. Según Nectow, este descubrimiento podría ser un punto de entrada crucial para comprender mejor cómo se produce la sensación de saciedad y cómo se puede utilizar esta información para desarrollar terapias contra la obesidad en el futuro.

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