La creciente demanda de electricidad por parte de los sistemas de inteligencia artificial está generando preocupaciones sobre la sostenibilidad de esta tecnología. Sin embargo, parece que este tema no es prioritario para los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido. Ambos países, invitados a la Cumbre de Acción sobre IA en París, se negaron a firmar la «Declaración sobre Inteligencia Artificial Inclusiva y Sostenible para las Personas y el Planeta», el documento final del evento. Esta declaración recibió el apoyo de 58 países, entre ellos China e India, así como de dos grupos supranacionales: la Unión Europea y la Unión Africana.

Los firmantes de la declaración de la cumbre de París acordaron seis prioridades clave, entre las que se incluyen la promoción de la accesibilidad de la IA para reducir las brechas digitales, asegurar que la IA sea abierta, inclusiva y ética, y fomentar la innovación en IA evitando la concentración de mercado. También se busca impulsar el despliegue de la IA que beneficie el futuro del trabajo y el crecimiento sostenible, hacer la IA sostenible para las personas y el planeta, y reforzar la cooperación internacional para mejorar la gobernanza global de la IA.

La negativa de Estados Unidos a firmar la declaración parece estar motivada por la segunda prioridad, que aboga por una IA inclusiva. El presidente Trump ha ordenado eliminar cualquier referencia a diversidad, equidad e inclusión de los sitios web gubernamentales. Además, según el vicepresidente JD Vance, la seguridad y sostenibilidad no son objetivos aceptables para Estados Unidos. Vance destacó que el sector de la IA necesita energía confiable y semiconductores de alta calidad, y criticó las medidas europeas para reducir la dependencia de combustibles fósiles en favor de fuentes renovables.

La coordinación en la gobernanza de la IA también es un punto de discordia. Mientras las disposiciones del Acta de IA de la UE comienzan a entrar en vigor, Vance advirtió que una regulación excesiva podría sofocar una industria transformadora. Estados Unidos, afirmó, promoverá políticas pro-crecimiento para la IA y buscará influir en las discusiones internacionales hacia una desregulación del sector. Por su parte, el gobierno del Reino Unido citó preocupaciones sobre la «gobernanza global» y la seguridad nacional como razones para no firmar la declaración de París.

En cuanto a la inversión en IA, tras la toma de posesión de Trump, se anunció que las empresas estadounidenses invertirían 500 mil millones de dólares en el Proyecto Stargate para fortalecer la infraestructura de IA en el país. Sin embargo, solo una cuarta parte de esa suma ha sido comprometida hasta ahora. A pesar de esto, Vance pronosticó que más de la mitad de los 700 mil millones de dólares estimados para ser invertidos en IA en 2028 se destinarán a Estados Unidos. Mientras tanto, la Unión Europea también anunció su intención de movilizar 200 mil millones de euros en inversión en IA, aunque solo 20 mil millones de esa cantidad provendrán de fondos públicos.

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