Doom: The Dark Ages, la última entrega de la icónica franquicia de videojuegos, ha optado por una dirección diferente al prescindir del modo multijugador. Este cambio estratégico ha sido confirmado por Marty Stratton, jefe del estudio id Software, quien explicó que la decisión se tomó para concentrarse en desarrollar la campaña más extensa y completa de la serie. La ausencia de multijugador puede sorprender a algunos, especialmente a los nostálgicos, pero refleja un enfoque claro hacia la experiencia individual.
El modo multijugador ha sido históricamente una parte fundamental de la saga Doom. Desde su lanzamiento original, el juego se convirtió en un fenómeno social, llegando incluso a ser prohibido en varias redes universitarias en Estados Unidos debido a la alta demanda de jugadores que saturaban los sistemas con sus partidas de deathmatch. En aquellos tiempos, los jugadores hacían grandes esfuerzos para conectar sus ordenadores y disfrutar de intensas noches de juego en compañía de amigos. Sin embargo, el panorama de los videojuegos ha cambiado drásticamente desde entonces.
Hoy en día, el mercado está saturado de opciones multijugador, lo que hace que la decisión de id Software de centrarse exclusivamente en la campaña de Doom: The Dark Ages sea comprensible. Stratton destacó en un evento de presentación que el enfoque en la campaña permitió al equipo desarrollar innovaciones como el Atlan y experiencias con mechas y dragones, elementos que enriquecen el juego y ofrecen una jugabilidad única. Este enfoque responde a la demanda de los jugadores actuales, que valoran las campañas de Doom por encima de otros modos de juego.
La evolución del multijugador en la serie Doom ha sido notable. Con Doom Eternal, id Software intentó renovar la experiencia multijugador con el modo «Battlemode», que enfrentaba al Doomslayer contra dos enemigos controlados por jugadores. A pesar de ser una propuesta interesante, no logró captar la atención del público de forma duradera. Esta experiencia ha llevado al estudio a concluir que invertir recursos en un modo multijugador tradicional no es la mejor estrategia en el contexto actual del mercado de videojuegos.
