La industria del vidrio podría enfrentar competencia de un rival inesperado: el bambú. Investigadores en China han logrado transformar el bambú común en un material transparente que además es resistente al fuego y al agua, y tiene la capacidad de suprimir el humo. Este avance podría revolucionar el uso de materiales en la construcción y otras aplicaciones.

El vidrio de sílice, fabricado a partir de arena, sigue siendo el material preferido cuando se requiere algo transparente y resistente, como en el caso de las ventanas. Sin embargo, no es particularmente sostenible y puede ser pesado y frágil. En los últimos años, la madera transparente ha comenzado a ganar terreno como alternativa al vidrio. Este material se obtiene eliminando químicamente la lignina de las fibras de madera, para luego tratar el material restante con plexiglás o epoxi, resultando en un material transparente, renovable, y tan fuerte o más que el vidrio, además de ser más ligero y mejor aislante térmico.

Diagrama ilustrativo del proceso de transformación del bambú en un material transparente. Incluye pasos como el corte del bambú, su delignificación y la infiltración de silicato de sodio. También destaca las propiedades del bambú transparente, como superhidrofobicidad (repelencia al agua) y resistencia al fuego, además de su potencial uso en aplicaciones como la construcción, ilustrado con una casa de vidrio de bambú.

A pesar de sus ventajas, la madera presenta ciertos inconvenientes. Es mucho más inflamable que el vidrio y su demanda es alta, lo que complica su disponibilidad debido al tiempo que tarda en reponerse. Por ello, investigadores de la Universidad Central del Sur de Ciencia y Tecnología Forestal (CSUFT) en China han optado por el bambú como alternativa. Según Caichao Wan, autor principal del estudio, el bambú, conocido como «el segundo bosque», tiene una tasa de crecimiento y regeneración rápida, permitiendo su uso como material de construcción en un periodo de cuatro a siete años, con un rendimiento cuatro veces mayor que el de la madera por acre.

La estructura interna y la composición química del bambú son muy similares a las de la madera, por lo que el equipo utilizó el mismo método para hacerlo transparente. Tras eliminar la lignina, el bambú se infunde con un líquido inorgánico de silicato de sodio, lo que altera la refracción de la luz en las fibras para hacerlas transparentes. Posteriormente, se trata para que el material sea hidrofóbico, es decir, repelente al agua. El resultado final es una estructura de tres capas: silano en la parte superior, dióxido de silicio en el medio y silicato de sodio en la parte inferior. Este bambú transparente tiene una transmitancia de luz del 71,6%, es ignífugo, repelente al agua y bloquea el humo y el monóxido de carbono. Mecánicamente, presenta un módulo de flexión de 7,6 GPa y un módulo de tracción de 6,7 GPa.

Además de su potencial como material de construcción, el bambú transparente podría usarse como sustrato para células solares de perovskita, actuando como una capa de gestión de la luz y mejorando la eficiencia de conversión de energía de las células en un 15,29%. Según Wan, las investigaciones futuras se centrarán en la fabricación a gran escala y la multifuncionalidad de este bambú transparente, lo que podría abrir nuevas posibilidades en el ámbito de los materiales sostenibles.

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