Investigadores de la Universidad de Zhejiang en China han desarrollado una técnica innovadora para separar mezclas de agua y aceite, superando las limitaciones de los métodos tradicionales. Este avance podría transformar procesos industriales en sectores como la petroquímica, la metalurgia, la alimentación y la farmacéutica, que generan grandes volúmenes de aguas residuales con aceite.
Aunque agua y aceite tienden a separarse de forma natural, en aplicaciones industriales esta tarea suele requerir procesos complejos. Métodos tradicionales como la centrifugación, el skimming y las reacciones químicas son lentos, consumen mucha energía y a menudo no logran resultados eficaces.
El equipo de Zhejiang ha desarrollado una tecnología de membranas denominada Janus Channel of Membranes (JCM), que emplea dos membranas semipermeables: una hidrofílica y otra hidrofóbica. Estas membranas, separadas por un canal ajustable de entre 4 y 125 milímetros, optimizan la separación de los componentes al amplificar el proceso dentro del espacio confinado.
Este diseño permite aplicar una pequeña presión para introducir la mezcla de agua y aceite en la cámara, donde ambas membranas trabajan simultáneamente para recuperar los componentes. Las gotas de aceite pequeñas se agrupan formando gotas más grandes, que atraviesan la membrana hidrofóbica hacia un tanque externo. Mientras tanto, las moléculas de agua pasan por la membrana hidrofílica hacia otro tanque.
La tecnología JCM ha demostrado en pruebas de laboratorio una recuperación del 97% del aceite y el 75% del agua de la mezcla, con niveles de pureza cercanos al 99,9%. Esta solución no solo es eficiente, sino que también permite recuperar ambos componentes, un avance significativo frente a métodos convencionales que solo separan uno de los elementos.
El nombre de la tecnología, inspirado en el dios romano Jano, representa su capacidad para procesar simultáneamente el agua y el aceite en un mismo sistema.
Según los investigadores, el sistema JCM tiene un gran potencial para ser escalado y utilizado en industrias que enfrentan problemas con aguas residuales difíciles de tratar. Sectores como el petroquímico, la metalurgia y la alimentación podrían beneficiarse enormemente de esta innovación, reduciendo los costos y el impacto ambiental de sus operaciones.