El ojo puede ser mucho más que una herramienta para ver el mundo exterior; también podría ofrecer pistas vitales sobre nuestra salud general. Un grupo de científicos de la Universidad de Indiana, la Universidad Northwestern, la Universidad de Stanford y el New York Eye and Ear Infirmary está investigando cómo utilizar el ojo como un «espejo» para detectar los primeros indicios de diversas enfermedades.
El ojo como indicador de salud
El equipo de investigación ha centrado sus estudios en cómo el ojo puede reflejar signos de enfermedades como la diabetes, enfermedades cardíacas, renales, anemia falciforme e incluso el Alzheimer. Según Stephen A. Burns, profesor de la Escuela de Optometría de la Universidad de Indiana, el objetivo es proporcionar a los profesionales de la salud una vista más clara y no invasiva del cuerpo a través de los ojos. Burns es uno de los principales investigadores de un proyecto financiado con 4.8 millones de dólares por el National Institutes of Health (NIH) Venture Program Oculomics Initiative.
Nuevas tecnologías en el diagnóstico ocular
El equipo está desarrollando oftalmoscopios de última generación capaces de detectar cambios sutiles en el ojo que podrían indicar problemas de salud subyacentes. Un simple escaneo ocular utilizando estos dispositivos podría identificar indicadores tempranos de varias condiciones médicas, permitiendo una intervención más rápida y menos invasiva.
Burns y sus colegas han estado trabajando en el desarrollo de esta tecnología desde principios de los años 2000, basándose en tecnologías originalmente creadas para la astronomía. Estos avances permiten eliminar las distorsiones causadas por la atmósfera terrestre y la óptica del ojo, ofreciendo una visión increíblemente nítida de la parte posterior del ojo.
Escaneos de alta resolución y biomarcadores
Uno de los avances más notables de este equipo ha sido la creación de un oftalmoscopio capaz de observar el ojo humano con una resolución extremadamente alta (2 micrones), permitiendo ver el movimiento de los glóbulos rojos en tiempo real. Usando esta tecnología, Burns ha identificado biomarcadores de enfermedades como la diabetes y la hipertensión en los vasos sanguíneos del ojo.
Por otro lado, otros investigadores de Northwestern, Mount Sinai y Stanford han utilizado esta tecnología para observar partes específicas del ojo, como los fotoreceptores y los vasos sanguíneos, lo que ha permitido identificar enfermedades como la anemia falciforme.
El papel de la inteligencia artificial en el diagnóstico
El NIH también está financiando un proyecto para combinar diversas tecnologías, incluidas herramientas de inteligencia artificial (IA), con el fin de desarrollar un dispositivo integral para la detección temprana de enfermedades. La IA es clave en el análisis de los datos recogidos por estos oftalmoscopios, ya que puede procesar las imágenes de manera más eficiente y precisa, lo que potencialmente agiliza el diagnóstico.
En el caso del Alzheimer, Burns señaló que cada vez hay más pruebas de una fuerte relación entre esta enfermedad y los vasos sanguíneos de la retina. Aunque actualmente estos signos se observan a través de costosos escáneres PET, el equipo espera que, con los avances en la tecnología de escaneo ocular, sea posible obtener los mismos resultados de manera mucho más económica y menos invasiva.
Futuras pruebas clínicas
En la fase final del proyecto, se probará este dispositivo en voluntarios clínicos. Se espera que estos escaneos oculares puedan ser especialmente útiles para las personas mayores de 60 años, permitiendo la detección temprana de enfermedades que de otro modo podrían pasar desapercibidas en las primeras etapas.