La NASA ha lanzado con éxito la nave espacial Europa Clipper desde Cabo Cañaveral, Florida, en una misión que promete revolucionar nuestra comprensión sobre la vida en el sistema solar. El despegue, programado inicialmente para la semana pasada, fue pospuesto debido al huracán Milton, pero finalmente se realizó a las 12:06 (hora local).
La Europa Clipper tiene como objetivo llegar a la luna Europa, una de las más enigmáticas que orbitan Júpiter, situada a 628 millones de kilómetros de la Tierra. Se espera que la nave, que recorrerá 1.800 millones de millas, llegue a su destino en 2030. Esta misión ha sido diseñada para investigar si Europa, bajo su gruesa capa de hielo, alberga un océano con más agua que la Tierra, lo que podría ser un indicio de vida.
Un viaje en busca de respuestas sobre la vida en el sistema solar
La misión de la NASA no solo busca entender mejor las condiciones en Europa, sino que podría redefinir lo que conocemos sobre la vida fuera de la Tierra. Mark Fox-Powell, microbiólogo planetario de la Open University, explica que el descubrimiento de vida en Europa «sería extremadamente significativo» y podría indicar que la vida es mucho más común en el universo de lo que se pensaba.
La luna Europa, aunque del tamaño de nuestra propia luna, es notablemente diferente. Su superficie, cubierta por una capa de hielo de hasta 25 kilómetros de espesor, podría ocultar un vasto océano subterráneo. Las observaciones iniciales en la década de 1970 sugirieron la presencia de hielo de agua, y misiones posteriores, como las de Voyager y Galileo, proporcionaron imágenes que mostraban la superficie llena de fisuras rojizas, posiblemente ricas en sales y compuestos de azufre, ingredientes esenciales para la vida.
Instrumentos avanzados para una misión crucial
La Europa Clipper no será la primera nave en estudiar esta luna, pero será la más equipada. Entre sus innovaciones, destaca un láser diseñado por Britney Schmidt, profesora de ciencias de la Tierra y atmosféricas en la Universidad de Cornell. Este instrumento, denominado Reason, fue probado en la Antártida y ayudará a analizar la estructura interna de Europa, desde sus zonas de subducción hasta posibles cámaras de magma, en busca de agua líquida bajo el hielo.
El desafío no solo será atravesar la gruesa capa de hielo, sino también lidiar con los niveles extremos de radiación que rodean a Júpiter. Según Schmidt, la nave será bombardeada por radiación equivalente a un millón de rayos X en cada uno de sus 50 sobrevuelos planificados. Para proteger los delicados instrumentos, muchos de ellos estarán resguardados en una bóveda fuertemente blindada.
Una travesía cósmica y competencia internacional
La nave estadounidense no está sola en esta carrera espacial. La misión europea JUICE, lanzada el año pasado, también tiene como objetivo estudiar Europa, aunque llegará más tarde debido a su ruta diferente. Ambas misiones buscarán desvelar los secretos que esconde esta luna en su vasto océano, especialmente los elementos necesarios para la habitabilidad, como agua líquida, fuentes de calor y materiales orgánicos.
Científicos de todo el mundo, incluyendo equipos de la NASA, el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) y el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, estarán a cargo de esta odisea espacial. Aunque es improbable que encuentren vida compleja, la misión se centrará en la búsqueda de microbios o signos de condiciones que permitan la vida.
Para Fox-Powell, esta misión es diferente de las habituales lanzadas en los últimos tiempos, ya que no persigue un objetivo comercial, sino que está impulsada por el deseo humano de explorar y entender nuestro lugar en el cosmos. Si se descubre vida en Europa, podría ser un hito sin precedentes en la historia de la ciencia.