SpaceX ha llevado a cabo con éxito el quinto vuelo de prueba de su cohete Starship, destacando un logro innovador: la captura del propulsor Super Heavy utilizando los brazos mecánicos apodados “chopsticks” en la torre de lanzamiento. El Starship, que ahora se encuentra en órbita, tiene previsto realizar un aterrizaje suave en el Océano Índico más tarde hoy, aunque no será recuperado tras la misión.
El cohete y su propulsor Super Heavy, cargados con 4,5 millones de kilogramos de combustible, despegaron a las 8:25 a.m. (hora del este de EE.UU.) desde las instalaciones de SpaceX en Boca Chica, Texas, cerca de la frontera con México.
Apenas cuatro minutos después del despegue, los ingenieros dieron luz verde para la captura del propulsor. Mientras el Super Heavy descendía, un estruendo sónico retumbó en la región, un fenómeno causado cuando un objeto rompe la barrera del sonido. En tan solo seis minutos y 49 segundos tras el lanzamiento, el propulsor regresó a la torre de lanzamiento y fue capturado con precisión por los brazos mecánicos, también conocidos como “Mechazilla” dentro de SpaceX.
El cohete Starship, en esta quinta prueba, estaba equipado con seis motores Raptor, mientras que el Super Heavy cuenta con 33 motores, capaces de elevar más de 200 toneladas a la órbita.
Según declaraciones de SpaceX en la plataforma X (anteriormente Twitter), «los objetivos principales de esta prueba eran intentar el primer retorno al sitio de lanzamiento y la captura del propulsor Super Heavy, además de realizar una nueva maniobra de reentrada y quema de aterrizaje del Starship, apuntando a un amerizaje controlado en el Océano Índico».
SpaceX añadió que la empresa continuará probando su hardware en condiciones de vuelo para acelerar la puesta en línea de Starship y revolucionar el acceso al espacio para la humanidad.
Este lanzamiento también introdujo un nuevo escudo térmico compuesto por 18.000 baldosas cerámicas, capaces de soportar temperaturas de hasta 1.400 grados Celsius.