La batalla entre la industria de los videojuegos y la cinematográfica sigue creciendo, impulsada por la preferencia de la Generación Z por los videojuegos sobre las películas. Un informe de 2024 de la Entertainment Software Association (ESA) revela que un impresionante 63% de los jóvenes de esta generación prefiere jugar a videojuegos en lugar de ver películas, en comparación con solo un 14% de los Boomers. Este cambio no solo refleja una nueva manera de consumir entretenimiento, sino también una transformación más amplia en la forma en que interactuamos socialmente y nos relacionamos con la tecnología.
A diferencia de las películas, que ofrecen una experiencia más lineal y pasiva, los videojuegos permiten a los jugadores ser participantes activos en lugar de meros espectadores. Esta interactividad parece resonar de manera especial en una generación que ha crecido rodeada de tecnología digital, donde la conectividad y la interacción son valores fundamentales. En los videojuegos, los usuarios pueden influir en la narrativa y el resultado de la experiencia, lo que les brinda un atractivo único en comparación con el cine tradicional.
Los videojuegos también han superado los antiguos estereotipos de ser una actividad solitaria. Ahora, son experiencias sociales donde los jugadores pueden comunicarse con amigos y desconocidos en entornos virtuales. Según el informe de la ESA, el 71% de los jóvenes de la Generación Z considera que los videojuegos son una excelente manera de socializar, mientras que solo el 21% de los Boomers opina lo mismo. Esto refleja cómo los videojuegos han pasado a ser plataformas para interacciones sociales, algo que se ha intensificado después de la pandemia de 2020, donde el aislamiento físico llevó a un aumento de las interacciones digitales.
Además de su valor social, los videojuegos han demostrado tener beneficios cognitivos y educativos. Investigaciones han revelado que jugar a videojuegos puede mejorar habilidades como la resolución de problemas, la creatividad y el trabajo en equipo. Por ejemplo, los juegos de estrategia se han relacionado con una mayor capacidad de gestión de recursos y toma de decisiones, mientras que estudios en cirujanos han mostrado que aquellos que juegan a videojuegos cometen un 32% menos de errores y son un 24% más rápidos en sus procedimientos.
Desde una perspectiva económica, la preferencia por los videojuegos también tiene un impacto significativo. En 2023, la industria de los videojuegos fue valorada en 184 mil millones de dólares a nivel global, casi el doble del valor de la industria cinematográfica, que alcanzó los 97.5 mil millones. Con el desarrollo de tecnologías como la realidad virtual (VR), la realidad aumentada (AR) y el gaming en la nube, la industria sigue en plena expansión, no solo superando al cine en términos de tiempo de dedicación diaria, sino también como un motor clave para la adopción tecnológica.
Este cambio en el consumo de medios por parte de la Generación Z apunta a un futuro donde los videojuegos podrían dominar aún más el panorama del entretenimiento. Esto implicaría más inversiones en el desarrollo de juegos, el crecimiento de programas educativos enfocados en medios interactivos, y una reconfiguración de la narrativa, donde la interactividad jugaría un papel central. Además, la creciente influencia de los videojuegos podría desafiar a los medios tradicionales a innovar para mantener su relevancia en un mercado cada vez más competitivo.
En definitiva, la preferencia de la Generación Z por los videojuegos frente al cine es un claro indicio de los tiempos que cambian. A medida que esta generación sigue influyendo en las tendencias del mercado y gana protagonismo en el ámbito laboral, es probable que la industria del entretenimiento se ajuste a sus preferencias, lo que refleja una transformación más profunda en cómo las nuevas generaciones interactúan con los medios y la economía global.
