La distribución de libros electrónicos de Internet Archive no es uso justo, dictamina el tribunal de apelaciones

El Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos ha confirmado un fallo contra el proyecto Open Libraries del Internet Archive (IA), que permitía prestar escaneos digitales de libros sin autorización. La decisión, emitida por el Segundo Circuito, rechaza el argumento de IA de que su práctica de «préstamo digital controlado» es un uso legítimo bajo las leyes de derechos de autor, similar al de una biblioteca tradicional. Según el tribunal, el préstamo de estos libros no es «transformativo», ya que no añade nuevos elementos a los originales ni ofrece crítica o comentario sobre ellos.

La jueza Beth Robinson, que lideró la decisión, concluyó que los libros digitales de IA cumplían el mismo propósito que los originales, es decir, facilitar la lectura de las obras, lo cual no es suficiente para considerarlos transformativos. La corte también falló a favor de las editoriales en otros puntos clave, como el posible daño al mercado de libros electrónicos, ya que los libros de IA podrían competir directamente con los de las editoriales, privando a los autores de ingresos.

Una biblioteca abandonada con estanterías vacías y dañadas, en su mayoría sin libros. Algunos libros viejos y deteriorados yacen desordenadamente en los estantes y esparcidos por el suelo, que también está cubierto de escombros y tablas rotas. El ambiente es polvoriento y descuidado, transmitiendo una sensación de abandono y desuso.

El fallo supone una victoria para las editoriales y sus defensores, como Maria Pallante, presidenta de la Asociación de Editores Americanos, quien afirmó que la decisión protege los derechos de los autores y las editoriales a ser compensados por sus obras. Los abogados de las editoriales también elogiaron la decisión por evitar que se justifiquen infracciones masivas de derechos de autor bajo teorías «convolutas» como la de un ratio uno a uno de propiedad y préstamo.

Por su parte, el Internet Archive expresó su decepción, pero manifestó su intención de seguir defendiendo el derecho de las bibliotecas a poseer, prestar y preservar libros. Chris Freeland, director de servicios bibliotecarios de IA, subrayó que continuarán evaluando sus próximos pasos legales.

A pesar de la derrota, la corte sí reconoció que IA no obtenía beneficios económicos directos de los préstamos, desestimando la acusación de las editoriales de que el archivo se lucraba mediante donaciones y enlaces de afiliación. Sin embargo, el tribunal dejó claro que, aunque los consumidores puedan beneficiarse de mayor acceso, esto no puede justificarse a costa de los derechos de autor, ya que desincentivaría la creación de nuevas obras.

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