Uno de los mayores proveedores de telefonía móvil en Reino Unido, EE, ha lanzado una nueva guía en la que se aconseja a los padres no comprar smartphones para niños menores de 11 años. En su lugar, la compañía sugiere el uso de dispositivos con capacidades limitadas que solo permitan enviar mensajes de texto y realizar llamadas, restringiendo así el acceso a internet y redes sociales.
Para los niños de 11 a 13 años, EE recomienda instalar funciones de control parental y compartir en familia, lo que permite a los padres monitorear el tiempo de pantalla, el uso de aplicaciones y establecer límites de tiempo. A partir de los 13 años, los adolescentes pueden acceder a redes sociales, pero estos accesos deberían estar vinculados a la cuenta de un adulto.
Estas recomendaciones surgen en respuesta a preocupaciones crecientes sobre la seguridad en línea de los niños y el impacto del uso excesivo de smartphones en su salud mental. Informes recientes han señalado que el uso excesivo de estos dispositivos puede estar relacionado con problemas de salud mental entre adolescentes, y que el acceso sin restricciones a internet podría exponer a los niños a riesgos en línea.
EE ha anunciado que también actualizará los controles dentro de sus aplicaciones y ha lanzado una campaña nacional en las escuelas para educar a los jóvenes sobre el uso responsable de la tecnología.
Un estudio reciente realizado por el regulador de comunicaciones Ofcom reveló que casi una cuarta parte de los niños de entre cinco y siete años ya poseen un smartphone. Además, en una encuesta realizada en abril, más del 80% de los padres expresaron su preocupación por el impacto negativo de los smartphones en los jóvenes, con un 58% apoyando la prohibición de estos dispositivos para menores de 16 años.
Ante la creciente preocupación, el Comité de Educación de la Cámara de los Comunes sugirió en mayo que el Gobierno debería considerar una prohibición total de los teléfonos móviles para menores de 16 años, aunque esta medida no ha sido respaldada por el Primer Ministro Sir Keir Starmer, quien aboga por revisar el contenido al que los niños acceden en línea en lugar de imponer una prohibición.
Esta iniciativa ha sido bien recibida por organizaciones de seguridad en línea, que destacan la importancia de brindar a los padres y tutores herramientas y orientaciones claras para tomar decisiones informadas sobre el uso de la tecnología por parte de sus hijos.