En un contexto donde la inteligencia artificial (IA) está asumiendo tareas rutinarias y predecibles, fomentar la creatividad en las escuelas se ha vuelto más esencial que nunca. A pesar de que la mayoría de los educadores reconocen la creatividad como una habilidad crucial para el siglo XXI, la falta de herramientas válidas y confiables para evaluar esta capacidad supone un desafío importante.
La Universidad de Australia del Sur (UniSA) ha desarrollado un innovador modelo de aprendizaje automático que facilita el acceso a pruebas de creatividad de alta calidad y adecuadas para el propósito. Este modelo permite calificar evaluaciones en una fracción del tiempo y del coste habituales.
Este avance se ha aplicado al Test de Pensamiento Creativo – Producción de Dibujo (TCT-DP), una de las pruebas más reconocidas en la evaluación de la creatividad. El nuevo algoritmo de UniSA es capaz de calificar una prueba en solo un milisegundo, en comparación con los 15 minutos que tomaría un corrector humano. Este desarrollo tiene el potencial de ahorrar miles de horas a los docentes, quienes ya enfrentan agendas sobrecargadas.
El profesor David Cropley, investigador principal en UniSA, destaca la importancia de esta innovación para el ámbito educativo. «La creatividad es una habilidad esencial para la próxima generación, especialmente porque no puede ser automatizada», señala Cropley. «Sin embargo, la falta de herramientas asequibles y eficientes para medir la creatividad en las escuelas ha llevado a que muchos estudiantes no sean evaluados, o que se les califique de manera subjetiva, lo cual es inconsistente y poco fiable».
El TCT-DP ha sido reconocido durante mucho tiempo como la principal herramienta para evaluar la creatividad en niños en edad escolar, pero su costo y el tiempo que requiere lo han hecho inaccesible para muchas instituciones. El algoritmo de UniSA cambia esta situación. No solo reduce el costo de la evaluación en más de 20 veces, sino que los resultados se obtienen de manera rápida y con una precisión increíble.
Por ejemplo, en una escuela con 1.000 estudiantes, una prueba manual costaría aproximadamente 25.000 dólares y los resultados tardarían alrededor de 10 semanas en ser entregados. Con el nuevo algoritmo, la misma prueba costaría aproximadamente 1.000 dólares y los resultados estarían disponibles en 1-2 días. Esto hace que la prueba esté al alcance de escuelas y docentes, permitiéndoles evaluar la creatividad de manera precisa y económica.
La Dra. Rebecca Marrone, co-investigadora en UniSA, señala que la capacidad de medir la creatividad también trae beneficios adicionales para estudiantes que a menudo pasan desapercibidos. «Evaluar la creatividad abre una vía más allá de las pruebas de inteligencia tradicionales», explica Marrone. «Permite identificar a estudiantes que pueden tener habilidades que no se reflejan en los métodos de evaluación convencionales. Por ejemplo, un niño que no se desempeña bien en pruebas de CI tradicionales pero es altamente creativo, podría pasar desapercibido».
Desarrollar la creatividad también protege a los niños con menor rendimiento académico, entrenándolos en una habilidad que no es vulnerable a la automatización, lo que puede ayudarles a enfrentar los efectos de la transformación digital.
Actualmente, el algoritmo está siendo desarrollado como una aplicación de escritorio para que los docentes puedan utilizarlo en el aula. Los profesores interesados en implementar el TCT-DP están invitados a contactar al equipo de UniSA para discutir sus necesidades.