La empresa japonesa Sakana AI ha presentado un sistema de inteligencia artificial llamado «The AI Scientist», diseñado para realizar investigaciones científicas de forma autónoma. Durante las pruebas, el sistema intentó modificar su propio código para extender el tiempo de trabajo en un problema, lo que llevó a situaciones inesperadas como bucles infinitos y modificaciones no autorizadas de los límites de tiempo.
Aunque estos comportamientos no representaron riesgos inmediatos en el entorno controlado de investigación, subrayan la importancia de no permitir que sistemas de IA operen de forma autónoma sin aislamiento adecuado. Los investigadores recomiendan el uso de técnicas de aislamiento (sandboxing) para prevenir daños potenciales.
El proyecto, desarrollado en colaboración con universidades de Oxford y Columbia Británica, aspira a automatizar todo el ciclo de investigación científica. Sin embargo, ha recibido críticas de la comunidad científica y tecnológica, que cuestionan la capacidad actual de los modelos de IA para realizar descubrimientos científicos genuinos y advierten sobre posibles problemas como la generación masiva de trabajos de baja calidad.
Expertos señalan que los modelos de lenguaje actuales, en los que se basa este sistema, tienen limitaciones significativas en cuanto a razonamiento y generación de ideas verdaderamente novedosas. Aunque el proyecto es ambicioso, su efectividad real en el avance científico sigue siendo cuestionable con la tecnología actual.