La pista del campus de la Universidad Moi en Eldoret, aunque modesta con su mezcla de arcilla y grava, es un hervidero de talentos. Aquí, atletas de élite, incluidos medallistas olímpicos y ganadores de grandes maratones, se reúnen para entrenar. En enero, entre ellos, destacaba Kelvin Kiptum, quien en poco más de un año había pasado de ser un desconocido a establecer el récord mundial de maratón con un tiempo de 2:00:35 en Chicago en octubre de 2023.
El éxito de Kiptum se vio impulsado por las zapatillas de alta tecnología, especialmente las Nike Alphafly 3. Desde la introducción del modelo Vaporfly en 2016, estas zapatillas han transformado el atletismo de élite, combinando una espuma ligera y con alta capacidad de retorno de energía con una placa de fibra de carbono que proporciona rigidez. Esta innovación ha llevado a romper todos los récords mundiales de carretera y pista desde 2020, según World Athletics.
Las «supershoes» han generado un intenso debate sobre su impacto en el deporte. Mientras algunos celebran la mejora del rendimiento y la reducción del desgaste físico, otros cuestionan la equidad de los nuevos récords en comparación con los antiguos y la creciente dependencia de la tecnología. La controversia también radica en que no todos los atletas se benefician por igual de estas zapatillas, lo que añade una variable más a considerar en las competiciones.
En Kenia, donde correr es una vía para escapar de la pobreza, las zapatillas de alta tecnología representan una bendición mixta. Aunque facilitan un rendimiento superior y una recuperación más rápida, su alto coste es un obstáculo para muchos jóvenes corredores que no tienen patrocinadores. A pesar de estas dificultades, la aceptación de la tecnología es casi universal entre los atletas, que reconocen que competir al más alto nivel sin estas zapatillas es prácticamente imposible.
El legado de campeones kenianos como Eliud Kipchoge ha establecido un estándar elevado para las generaciones futuras. La combinación de características físicas favorables y la vida activa en las altitudes del Valle del Rift han convertido a Kenia en una potencia del atletismo. Sin embargo, el éxito en maratones también depende del acceso a las últimas innovaciones en calzado, lo que subraya la importancia de los patrocinadores y agentes para los aspirantes a profesionales.
La trágica muerte de Kiptum en un accidente de coche poco después de su entrenamiento en Eldoret dejó a la comunidad del atletismo en duelo. Su historia ejemplifica cómo las zapatillas de alta tecnología no solo potencian el rendimiento, sino que también forman parte integral del sueño keniano de lograr una vida mejor a través del deporte. Aunque su camino se truncó prematuramente, su legado inspira a otros corredores que, con zapatillas de suela rígida y reboteadora, seguirán persiguiendo sus sueños.