En medio de la creciente insatisfacción de los artistas con las políticas de inteligencia artificial (IA) en general y de Meta en particular, una nueva plataforma social anti-IA, Cara, ha experimentado un impresionante aumento en su base de usuarios, pasando de 40,000 a 650,000 en tan solo una semana, posicionándose en la cima de las listas de la App Store.
Instagram, propiedad de Meta, es una herramienta crucial para muchos artistas que la utilizan para promocionar su trabajo y atraer clientes. Sin embargo, Meta ha comenzado a utilizar publicaciones públicas para entrenar sus sistemas de IA generativa. Esta práctica ha llevado a muchos artistas al límite de su paciencia, especialmente porque solo los usuarios europeos pueden optar por no participar gracias a las leyes de protección de datos GDPR.
Jingna Zhang, fotógrafa reconocida y fundadora de Cara, expresó su frustración en una entrevista con TechCrunch, señalando que el enfoque agresivo de Meta hacia la IA y la dificultad para optar por no participar han incrementado el malestar entre los artistas.
Cara, disponible tanto en web como en móvil, combina características de Instagram y X (anteriormente Twitter), pero está diseñada específicamente para artistas. Permite a los usuarios crear un portafolio de su trabajo y publicar actualizaciones como en cualquier sitio de microblogging, sin el riesgo de que sus obras se utilicen para entrenar IA.
Zhang, quien tiene experiencia defendiendo los derechos de los artistas, recientemente ganó una apelación en un tribunal de Luxemburgo contra un pintor que copió una de sus fotografías. Esta victoria subraya su compromiso de proteger a los artistas de la infracción de derechos de autor.
Zhang y otros artistas han emprendido acciones legales contra grandes empresas tecnológicas, incluyendo Google, Stability AI, Midjourney, DeviantArt y Runway AI, por el uso no consentido de sus trabajos para entrenar generadores de imágenes de IA. La frustración de los artistas radica en que sus obras se utilizan sin permiso, reduciendo su trabajo a simples datos para sistemas comerciales.
Cara se ha asociado con el proyecto Glaze de la Universidad de Chicago para proporcionar una capa adicional de protección a las obras de los artistas. Otros proyectos como Spawning AI también buscan defender los derechos de los artistas, aunque su efectividad depende de la voluntad de las empresas de respetar las solicitudes de exclusión.
A pesar de su rápido crecimiento, Cara enfrenta desafíos significativos. Con un equipo pequeño y financiada principalmente por voluntarios, la plataforma lucha por manejar el aumento masivo de usuarios. Recientemente, Zhang se enfrentó a una factura inesperada de 96,280 dólares por el uso de servicios de alojamiento web, lo que podría poner en peligro la viabilidad de Cara.
Zhang ha evitado buscar financiamiento de riesgo para mantener la independencia de la plataforma, prefiriendo centrarse en construir una comunidad de artistas comprometidos. Los próximos meses serán cruciales para determinar el futuro de Cara, pero Zhang permanece optimista y dedicada a su visión de una plataforma que respete y proteja a los artistas.