El concepto popularizado en numerosas películas de ciencia ficción, como Steve Rogers en Capitán América: El primer vengador, donde el personaje sobrevive tras décadas congelado en un estado de animación suspendida, está inspirando innovaciones reales.
Recientemente, un hombre australiano de unos 80 años, que falleció el 12 de mayo, decidió someter su cuerpo a un proceso criogénico con la esperanza de ser revivido en el futuro.
Esta práctica de criogenización ha sido desarrollada por Southern Cryonics, la primera instalación de este tipo en el hemisferio sur, inaugurada en febrero de 2023. En colaboración con Aaron Drake, de Arizona Medical Science, han diseñado protocolos para la congelación y preservación de cuerpos fallecidos.
El método incluye varios pasos para estabilizar y enfriar el cuerpo a temperaturas extremadamente bajas utilizando equipos especializados.
La criogenización se describe como la práctica de preservar individuos a temperaturas muy bajas después de la muerte legal, con la especulativa esperanza de que la futura tecnología médica permita la reanimación y restauración de la salud.
El término criogenia proviene del griego «Kyros», que significa frío. Muchos creen que la criogenización podría implicar una forma de inmortalidad, una idea alimentada por la ciencia ficción.
En realidad, sin embargo, las personas que optan por la congelación criogénica esperan que los futuros avances científicos les permitan ser revividos y curados de cualquier enfermedad que tuvieran al momento de su muerte.
Este hombre australiano, denominado «Paciente 1» por la empresa, fue el primer caso de suspensión criogénica exitosa realizada del 12 al 17 de mayo de 2024.
La empresa expresó en un comunicado oficial: “Tras conocer el deterioro del Paciente 1, respondimos rápidamente a su fallecimiento el 12 de mayo en Sídney”.
“Gracias a la rápida acción de nuestro equipo, incluyendo a Phil Rhoades, Australian Blood Management (ABM), y la cooperación del personal hospitalario, comenzamos rápidamente el proceso de suspensión. El Paciente 1 fue trasladado desde la sala de enfriamiento del hospital a la funeraria A. O’Hare, empaquetado en hielo. Agradecemos el apoyo inmediato del director de la funeraria”.
El procedimiento se llevó a cabo en Sídney, Australia. Tras los preparativos iniciales, el cuerpo fue transportado a la instalación de Southern Cryonics en Holbrook.
El comunicado también señaló que el equipo de ABM, compuesto por cuatro a seis miembros incluyendo perfusionistas clínicos y un médico, trabajó incansablemente durante 10 horas, siguiendo protocolos de estabilización y perfusión de vitrificación utilizando la última tecnología ECMO.
“El paciente fue envuelto cuidadosamente en un saco de dormir especial que se mantiene intacto en nitrógeno líquido. Luego, el Paciente 1 fue enfriado a la temperatura del hielo seco y transportado a nuestra instalación en Holbrook”, añadió la empresa.
Tras la adquisición del cuerpo, el Paciente 1 fue llevado a temperaturas de nitrógeno líquido en la cámara de enfriamiento controlada por computadora de la instalación y luego transferido a un Dewar.
Un recipiente altamente especializado diseñado para almacenar gases licuados a temperaturas extremadamente bajas, como el nitrógeno líquido, utilizado comúnmente en procesos de criogenización. Este tipo de contenedor está compuesto por varias capas de material aislante, lo que permite mantener las temperaturas criogénicas necesarias para la preservación a largo plazo de los cuerpos congelados.
La tecnología de los Dewar es crucial en la criogenización, ya que garantiza que los cuerpos se mantengan en un estado de suspensión con la menor degradación posible hasta que futuros avances científicos permitan su posible reanimación y curación.
