En el entorno digital actual, donde la mayoría de los ciberdelincuentes operan desde las sombras, un colectivo de jóvenes en África Occidental, conocidos como los «Yahoo Boys», ha captado la atención por su audacia y peligrosidad creciente. Según un análisis realizado por WIRED, estos estafadores forman parte de numerosos grupos que suman miles de miembros activos en plataformas como Facebook, WhatsApp, y Telegram.
Los «Yahoo Boys» no solo no ocultan su actividad, sino que se publicitan abiertamente en redes sociales como TikTok y YouTube, llegando a miles de visualizaciones con contenido que promueve sus esquemas fraudulentos. Dentro de estos grupos, comparten abiertamente guiones y métodos para realizar estafas de sextorsión y otros fraudes que han llevado a las víctimas a extremos trágicos. Además, utilizan inteligencia artificial para crear imágenes falsas y videollamadas en tiempo real que complican aún más la detección de sus actividades.
Estos grupos están tan organizados que utilizan el nombre «Yahoo Boys» abiertamente, facilitando su identificación pero también mostrando el descaro con el que operan. A pesar de que las plataformas digitales tienen políticas contra contenidos que promueven comportamientos criminales, muchos de estos grupos y cuentas permanecen activos, lo que lleva a cuestionar la eficacia de las medidas de control de las plataformas sociales.
Los «Yahoo Boys» han evolucionado desde realizar estafas usando los servicios de correo electrónico de Yahoo hasta adaptar técnicas más sofisticadas que incluyen mensajes de texto, mensajes de audio grabados y el uso de herramientas de deepfake. Las estafas varían desde fraudes románticos hasta compromisos de correo electrónico empresarial, demostrando una capacidad alarmante para adaptarse y explotar las tecnologías emergentes.
Su presencia no solo es un desafío para las víctimas sino también para las empresas tecnológicas y las autoridades legales. Los expertos consultados coinciden en que es hora de tratar a los «Yahoo Boys» no solo como estafadores aislados, sino como una organización de crimen organizado transnacional que representa una amenaza seria y persistente.
