La gestión del reciclaje en las instalaciones conocidas como MRFs (instalaciones de recuperación de materiales) enfrenta desafíos significativos debido a la imperfección en los procesos de selección. Cada día, se manejan cientos de toneladas de desechos en estas vastas bodegas, donde tanto máquinas como trabajadores intentan organizar y recuperar materiales reciclables. Sin embargo, no siempre se logra capturar eficazmente todos los materiales útiles, lo que a menudo resulta en que elementos valiosos terminen en vertederos. Además, la mezcla de diferentes tipos de plásticos puede devaluar las pacas de material destinadas a reciclaje, complicando su posterior venta y procesamiento.
Ante este panorama, la tecnología surge como un aliado prometedor. Recientemente, una empresa emergente llamada Glacier ha empezado a implementar robots de reciclaje potenciados por inteligencia artificial para mejorar la eficiencia en estas instalaciones. Glacier ha anunciado una recaudación de 7.7 millones de dólares en una ronda de financiación inicial, apoyada por New Enterprise Associates y el Climate Pledge Fund de Amazon, entre otros inversores.
Los cofundadores de Glacier, Rebecca Hu y Areeb Malik, originarios del sector tecnológico, decidieron redirigir su atención hacia el cambio climático y, específicamente, hacia la mejora de los procesos de reciclaje. La decisión llegó en un momento crítico, justo cuando China implementó nuevas políticas que restringían la importación de materiales reciclables de baja calidad, lo cual abrió una ventana de oportunidad para innovar en un sector tradicionalmente resistente a la adopción de nuevas tecnologías.
Los robots desarrollados por Glacier están diseñados desde cero para operar en el ambiente hostil de las MRFs, enfrentando desafíos como el polvo y otros contaminantes en el aire que pueden afectar su rendimiento. Estos robots son capaces de identificar más de 30 materiales diferentes y seleccionar 45 elementos por minuto, aumentando significativamente la pureza y el valor de las pacas de reciclables.
En una instalación en Indiana, un robot de Glacier actúa en la línea de «última oportunidad», rescatando botellas de PET que aún contienen líquido y que las máquinas tradicionales no logran reconocer correctamente. En sus primeros cuatro meses, el robot ha evitado que más de dos millones de botellas de plástico terminen en el vertedero.
Además de mejorar la eficiencia de las instalaciones de reciclaje, estos robots proporcionan datos valiosos a las marcas sobre el destino final de sus productos y embalajes, una iniciativa en la que Amazon ha mostrado particular interés para optimizar el diseño de sus empaques y reducir el desperdicio.
