La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) de Estados Unidos continúa revolucionando la tecnología militar con su última prueba del vehículo de combate autónomo RACER Heavy Platform (RHP). Este coloso de 12 toneladas, que forma parte del programa RACER (Robotic Autonomy in Complex Environments with Resiliency), ha completado una fase crucial de pruebas en terrenos reales, demostrando una vez más el potencial de la autonomía en condiciones extremadamente adversas.
Lanzado en el contexto de un programa que lleva dos décadas en desarrollo, el RHP se sometió a pruebas en un campo de entrenamiento militar en Texas. Las imágenes compartidas muestran cómo este vehículo no tripulado de 6 metros de largo navega por terrenos irregulares, repletos de vegetación, cursos de agua, zanjas y rocas, manteniendo una velocidad de hasta 40 km/h y completando 48 kilómetros de recorrido autónomo.
Un detalle que no pasó desapercibido en las pruebas fue la presencia de unos llamativos ojos verdes en el vehículo, que, según explicó un portavoz de DARPA a Gizmodo, son luces indicadoras del estado operativo del RHP: verde indica que el vehículo está encendido y en modo autónomo.
La plataforma sobre la que se basa el RHP es un vehículo de combate existente de Textron, utilizado por el ejército. La intención de DARPA es que el RHP apoye a otros vehículos de la flota RACER, que incluyen vehículos todo terreno autónomos de menor tamaño. Sin embargo, el RHP lleva las capacidades autónomas a un nivel superior, diseñado para operaciones de combate pesado y roles peligrosos como reconocimiento y reaprovisionamiento, y potencialmente, apoyo de fuego directo en el campo de batalla.
DARPA planea continuar desarrollando y mejorando la tecnología de RACER con actualizaciones cada seis meses, apuntando a vehículos de combate no tripulados que puedan operar sin poner en riesgo vidas humanas. A pesar del progreso significativo, la implementación de sistemas totalmente operativos aún podría estar a varios años de distancia, pero el futuro de la tecnología autónoma en el campo de batalla se muestra prometedor y potencialmente transformador.