Un reciente avance tecnológico ha permitido a los investigadores revelar información clave sobre el lugar de descanso final de Platón. Utilizando un ‘ojo biónico’, los expertos lograron descifrar 1000 palabras de los antiguos papiros de Herculano, arrojando luz sobre este misterio centenario. Esta innovadora tecnología ha abierto nuevas puertas en el campo de la arqueología y la historia, permitiendo un mayor entendimiento de figuras históricas importantes como Platón.
Un equipo de investigación de la Universidad de Pisa ha logrado importantes avances en la decodificación de los papiros de Herculano utilizando una tecnología innovadora conocida como el «ojo biónico». Descubiertos en el siglo XVIII, estos papiros se han mantenido en gran parte como un enigma debido a su estado carbonizado tras la erupción del Vesubio en el 79 d.C., que también enterró Pompeya.
Los papiros, encontrados originalmente en la Villa dei Papyri, propiedad del suegro de Julio César, constituyen la única biblioteca clásica que ha sobrevivido del período greco-romano. Se cree que albergaban obras de figuras como Sófocles, Epicuro y Aristóteles, cuya pérdida es comparable con la destrucción de obras en la gran biblioteca de Alejandría.
El papirologista Graziano Ranocchia, de la Universidad de Pisa, ha anunciado resultados prometedores del proyecto de investigación «Escuelas Griegas». Gracias al «ojo biónico», su equipo ha logrado leer aproximadamente 1,000 palabras de la historia de la Academia por Filodemo de Gadara, utilizando técnicas avanzadas como la tomografía de coherencia óptica (OCT) y la imagen hiperespectral infrarroja. Estas técnicas permiten penetrar las capas de carbono y revelar textos que datan de hace 2,000 años que antes eran invisibles.
Uno de los hallazgos más destacados del proyecto es la ubicación del lugar de entierro de Platón, que se cree está en un área privada de un jardín en la Academia, cerca de un santuario dedicado a las Musas. Curiosamente, el texto también menciona detalles personales de las últimas horas de Platón, describiendo cómo sufría de fiebre alta y se mostraba molesto por la música que tocaban en su entorno.
Este proyecto continuará hasta 2026, y se espera que la tecnología del «ojo biónico» permita revelar aún más sobre estos textos antiguos, proporcionando una nueva comprensión de la historia clásica y sus figuras más emblemáticas.
