La tecnología de pantalla de perovskita va más allá al integrar la capacidad de leer huellas dactilares, al poder recopilar datos de salud, ofrece nuevas posibilidades para el monitoreo personalizado y continuo.
Las pantallas modernas, conocidas por su diseño de borde a borde, ocultan bajo su superficie una compleja amalgama de capas que incluye vidrio, filtros de color y sensores táctiles capacitivos. Este diseño ha presentado desafíos significativos para la integración de nuevas funcionalidades como sensores más avanzados o pantallas flexibles.
Un reciente estudio ha destacado el potencial de los píxeles fotosensibles como una solución viable. Estos no solo detectan el tacto, sino que también pueden realizar imágenes de objetos sobre la pantalla, identificar huellas dactilares y hasta cargar dispositivos. La investigación, coautorada por Chunxiong Bao, profesor de la Universidad de Nanjing, introduce el uso de perovskitas en diodos emisores de luz (PeLED), destacando su elevada fotoresponsividad en comparación con tecnologías anteriores como OLED y QD-LED.
Los PeLEDs son capaces de mostrar imágenes con una luminosidad excepcionalmente alta y, al mismo tiempo, detectar luz eficientemente. Este doble propósito permite que la pantalla funcione como lector de huellas dactilares, sensor de luz y medidor de salud mediante sensores PPG. Asimismo, estos pueden transferir datos y funcionar como cargadores solares, aprovechando su capacidad fotosensible para generar energía.
Aunque la tecnología aún es un prototipo y requiere más desarrollo para su comercialización, sus aplicaciones podrían simplificar la arquitectura interna de los dispositivos móviles al integrar múltiples sensores en una sola unidad. Esto no solo reduciría la complejidad y el grosor del dispositivo, sino que también permitiría la adaptación de la tecnología a pantallas flexibles.