La campaña ha ganado impulso a través de una petición en Change.org, donde se insta a las grandes compañías de la industria del videojuego a comprometerse a mantener sus servidores activos durante un tiempo razonable después del lanzamiento de un juego. De este modo, se busca garantizar que los jugadores puedan seguir disfrutando de sus títulos favoritos sin el riesgo de que sean retirados abruptamente. Además, se pretende concienciar a la industria sobre la importancia de preservar la historia de los videojuegos y proteger la inversión y el tiempo que los jugadores han dedicado a sus juegos preferidos. Es hora de que los editores asuman su responsabilidad y actúen de manera ética en favor de la comunidad gamer.
En un movimiento sin precedentes, Ross Scott, reconocido YouTuber y creador de Accursed Farms, ha lanzado una campaña para arrojar luz sobre una práctica cada vez más común en la industria de los videojuegos: el diseño intencionado de juegos para hacerlos injugables una vez que finaliza el soporte por parte de los desarrolladores y editores. Esta situación, expuesta en el sitio web de la campaña «Stop Killing Games» (Detener la Muerte de los Juegos), se encuentra en una zona legalmente ambigua, en gran parte debido a la ausencia de legislación clara en la mayoría de los gobiernos sobre este tema.
El principal objetivo de la campaña es instar a las autoridades a investigar la legalidad de esta práctica y, con suerte, promulgar leyes para ponerle fin, considerándola un ataque directo tanto a los derechos de los consumidores como a la preservación de los medios. Un ejemplo notable mencionado es «The Crew», que contaba con una base de jugadores de al menos 12 millones de personas antes de ser desconectado, presentando una oportunidad ideal para responsabilizar a un editor AAA por sus acciones.
La campaña está solicitando a varios gobiernos que investiguen el asunto. Aunque el foco principal está en la Dirección General de Competencia, Consumo y Represión de Fraudes (DGCCRF) de Francia, se espera que personas en el Reino Unido, Canadá y Australia también puedan firmar peticiones pronto para presionar a sus respectivos gobiernos a investigar el tema. Hay planes en marcha para involucrar a la Unión Europea, aunque Scott menciona que esto podría retrasarse «debido a los tiempos de procesamiento».
La práctica de descontinuar juegos unos pocos años después de su lanzamiento se ha convertido en un fenómeno frecuente, afectando a jugadores de todo el mundo. Esto impacta no solo a los títulos que dependen de una conexión activa a internet, sino también a juegos para un solo jugador que son retirados de la lista por una razón u otra. Es comprensible la frustración de las personas que invirtieron su dinero en un juego para luego verlo dejar de funcionar repentinamente. Esto es particularmente irritante para juegos que fácilmente podrían jugarse sin conexión.
Cabe destacar que la mayoría de los juegos modernos vienen con una cláusula de exención de responsabilidad, indicando que los jugadores no están comprando el juego en sí, sino una licencia para jugarlo mientras sea respaldado por el editor. Estos términos buscan ofrecer protección legal a las compañías cuando deciden apagar los servidores, pero aún no han sido desafiados en los tribunales de ningún mercado de videojuegos importante, por lo que es incierto si resistirán el escrutinio legal. Los jugadores, sin duda, esperan que la campaña tenga éxito en llamar la atención de los reguladores y ponga fin a esta práctica cínica de una vez por todas.