La noticia de la sustitución de la actriz ha generado un intenso debate sobre la ética y la equidad en el sector audiovisual. Algunos argumentan que la inteligencia artificial puede ofrecer eficiencia y reducir costos en la producción de contenido, mientras que otros ven esta decisión como una amenaza para la profesión de actuación. Además, surge la cuestión de si las voces generadas por IA pueden transmitir de manera efectiva las emociones y matices interpretativos que los actores humanos aportan a sus actuaciones.
La batalla de la inteligencia artificial se intensifica en el Reino Unido tras el reemplazo de la actriz británica Sara Poyzer en un próximo proyecto de la BBC por una voz generada artificialmente. Poyzer, conocida por su papel durante una década en la puesta en escena musical de Mamma Mia!, compartió una captura de pantalla de un correo electrónico de un miembro no especificado de la producción de la BBC, informándole que ya no requerían sus servicios para el proyecto no especificado, dado que se había aprobado el uso de una voz generada por IA.
La decisión ha suscitado una reacción mixta, con Poyzer describiendo el cambio hacia la IA como «sombrío» y «muy malo». Este movimiento por parte de la BBC resulta particularmente sorprendente, ya que en 2022, la emisora apoyó una campaña del sindicato de actores británicos Equity llamada «Stop AI Stealing the Show».
Voice Squad, la agencia de doblaje que trabaja con Poyzer, expresó su decepción ante la decisión, destacando la amenaza que representa la IA para la industria, eliminando oportunidades de trabajo para artistas con años de formación y práctica.
Esta noticia llega poco después de que Tim Davie, director general de la BBC, afirmara que la emisora desplegaría proactivamente la IA «en nuestros términos», asegurando que la tecnología no comprometería el «control creativo humano». La BBC aún no ha comentado sobre el caso de Poyzer.
