El cofundador de Flipper Zero, Ivan Konakevich, ha manifestado que la misión de esta herramienta es educar a los usuarios sobre la importancia de proteger sus datos y dispositivos de posibles ataques cibernéticos. La idea detrás de Flipper Zero es brindar a los usuarios una forma segura de evaluar la seguridad de sus dispositivos y redes, fomentando la conciencia sobre la ciberseguridad en un mundo cada vez más conectado. Konakevich destaca que la transparencia y la divulgación de vulnerabilidades son clave para impulsar a las grandes tecnológicas a mejorar sus estándares de seguridad.
El Flipper Zero ha emergido como uno de los dispositivos de tamaño llavero más versátiles y controvertidos lanzados al mercado. Este gadget es capaz de escanear, recibir, enviar e imitar diversos tipos de señales, incluidas las señales NFC y RFID utilizadas por numerosos productos comunes. Por ejemplo, puede replicar la frecuencia utilizada por las tarjetas de identificación laborales y es útil para operaciones cotidianas como abrir la puerta del garaje o realizar pruebas de penetración en sistemas de seguridad. Sin embargo, también ha sido señalado por el gobierno canadiense por su capacidad para replicar llaveros de vehículos e incluso para realizar ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) a iPhones, un problema que Apple ha solucionado. Esto último, argumentan sus creadores, demuestra su valor como herramienta de prueba.
Alex Kulagin, cofundador y director de operaciones de Flipper, defiende el dispositivo más allá de su percepción como una herramienta para hackers al estilo de Mr. Robot. Con el lanzamiento de un complemento de controlador de juegos este mes, Kulagin ve al Flipper Zero como una navaja suiza para los extremadamente geeks o simplemente para los curiosos por la tecnología. Para él, el dispositivo actúa como un delator de los sistemas de seguridad del mundo que dependen de tecnologías antiguas, deficientes y fácilmente hackeables.
En una entrevista editada para mayor claridad y brevedad con Gizmodo, Kulagin discutió los planes de expansión para su producto estrella más allá de su cuerpo del tamaño de un Tamagotchi y sus esperanzas de superar la controversia que sigue rodeándolo.
El módulo de videojuegos, resultado de una colaboración con Raspberry Pi, agrega capacidades de entretenimiento que antes no poseía el Flipper, permitiendo, por ejemplo, proyectar la pantalla del Flipper en un televisor grande. Además, el módulo incorpora un sensor de movimiento IMU, que permite jugar inclinando el dispositivo, y está construido sobre el microcontrolador Raspberry Pi, compatible con Python, un lenguaje de programación más accesible que el C, habitual en Flipper.
Kulagin señala que la filosofía de la empresa se centra en los creadores DIY y en quienes crean sus propias cosas. La expansibilidad del Flipper Zero invita al diseño; siendo de código abierto, posee numerosos pines GPIO y ya incluye muchas características de fábrica, pero está diseñado para expandirse aún más.
Respecto a las críticas y el uso indebido del dispositivo, Kulagin sostiene que Flipper no introduce tecnología de punta sino que concentra en un solo dispositivo tecnologías de control de acceso ya existentes. Su objetivo es aumentar la conciencia sobre la seguridad de estos sistemas, argumentando que si un dispositivo de $169 puede hackear un sistema, entonces ese sistema probablemente ya es obsoleto y vulnerable. Flipper busca educar al público sobre la seguridad tecnológica, incluso mientras se enfrenta a críticas y malentendidos sobre sus capacidades y propósitos.
El futuro del Flipper Zero incluye la expansión de sus capacidades con más módulos, aunque Kulagin fue reservado sobre los detalles de dispositivos futuros no relacionados con Flipper.